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La mayoría de esos trámites se deben hacer en otros municipios como Alvarado y Purificación, por ello cabe el interrogante formulado arriba, y como no hay información oficial la gente especula, algunos dicen que: “no cuentan con los materiales y equipos requeridos”, o que “se les cayó el sistema o lo hackearon”. Razones nada convincentes porque esos son asuntos que, con la debida diligencia, se suelen solucionar en cuestión de días, acaso semanas.
Otros afirman que el problema es crónico y se ha agudizado porque la Secretaría no cuenta con personal idóneo; que además lo rotan con mucha frecuencia debido a que les dan contratos breves que deben renovar y eso es dispendioso. Y la razón de fondo es que muchos son cuota de politiqueros a quienes no les importa que sus recomendados cumplan con los requisitos para asumir las responsabilidades del cargo, y es un asunto que las administraciones aceptan.
Semejante situación no solo genera enorme incomodidad a quienes requieren aquellos servicios, porque se ven obligados a trasladarse a otros municipios, lo que les implica costos y tiempo adicional; también constituye pérdida de ingresos para la Administración municipal que deja de percibir los impuestos y otros pagos que hacen los usuarios, mientras es en Ibagué donde ruedan los vehículos, generan congestión y desgastan la malla vial, que presenta avanzado estado de deterioro y no recibe la atención debida porque “no cuentan con suficientes recursos para su mantenimiento”. ¿Qué tal ese negocio?
Muy bueno para aquellos municipios, tanto que en Alvarado, donde las instalaciones de su Secretaría de Movilidad (deterioradas e incómodas) ahora están desbordadas por la copiosa afluencia de ibaguereños solicitando servicios, decidieron remodelarlas, solo que mientras adelantan esas obras los usuarios deben desplazarse hasta Purificación.
Algo más, tampoco la Secretaría mejora la señalización ni se ocupa de regular el congestionado tráfico de Ibagué, y los pocos agentes disponibles realizan una acción casi imperceptible. Entre tanto, la congestión crece cada día porque lo que sí se observa es el incremento del parque automotor, y sobre todo de motocicletas que empeoran la circulación. A todo ello, se agregan las frecuentes carreras ciclísticas, marchas y manifestaciones que transitan por las zonas más congestionadas de la ciudad, y ahora se suman los numerosos desfiles programados con ocasión del Festival Folclórico, evento con el que se pretende atraer un gran número de turistas convocados desde Nueva York, Bogotá, Medellín y otras ciudades, a quienes por supuesto se quiere impresionar muy bien.
Pero ni siquiera eso ha motivado a resolver los agudos problemas generados por la inoperancia de la Secretaría de Movilidad, que ahora muchos llaman de “Inmovilidad”. También la gente se pregunta ¿si a pesar de esa inmovilidad, se mantiene una frondosa burocracia, y si es así, a qué se dedica?
En suma, se trata de un problema ampliamente conocido y son cientos las quejas interpuestas, pero nada pasa. Buena falta hace que la Administración responda los interrogantes que plantea la comunidad y se comprometa a resolverlos con máxima prontitud. También es imperativo que los entes de control indaguen si acaso se está incurriendo en “detrimento patrimonial” u otras faltas y promuevan que la Administración cumpla con un servicio de singular importancia para la comunidad.
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