Con la determinación tomada por las cortes británicas de bloquear para buena parte de sus nacionales la página de descargas The Pirate Bay, se da por sentado que esta Web, quizás tan importante como MegaupLoad, se irá también del aire.
En efecto, el Tribunal Superior del Reino Unido dictó sentencia el pasado lunes y lo hizo en el sentido de ordenar que cinco servidores de internet británicos bloqueen el acceso a “The Pirate Bay”.
A oscuras
Aunque la decisión del juez no cubre a toda la Gran Bretaña, sí es un amplio sector de esta nación el que en unas cuantas semanas quedará ‘para siempre a oscuras’, sin la señal de la página de descargas.
De esta manera la justicia británica da la razón a la asociación de la industria discográfica británica (BPI, por sus siglas en inglés), cuyo director ejecutivo, Geoff Taylor, afirmó que “el Tribunal Superior ha confirmado que The Pirate Bay infringe las leyes de derechos de autor a escala masiva”.
Y este, ciertamente es el meollo del problema y es un asunto que no solo se relaciona con The Pirate Bay, sino que ocupa lugar importante en las deliberaciones mundiales sobre derechos de autor, que ahora tienen un centro focal en el congreso de los Estados Unidos con el trámite de la Ley Cispa, que es la nueva versión de las derrotadas Sopa y Pipa.
Puerta cerrada
En el caso de The Pirate Bay, la justicia no ordenó su cierre, como ocurrió en el caso de MegaupLoad, sino que obligó a cinco grandes servidores británicos (Sky, Everything Everywhere, TalkTalk, O2 y Virgin Media) a impedir el acceso de los usuarios a esa página web en las próximas semanas, un giro insospechado y sobre el que nadie, ni la misma web afectada, ha logrado responder.
Geoff Taylor fue enfático al comentar el fallo judicial: “Páginas web como esa destruyen empleo en el Reino Unido y echan por la borda las inversiones para lanzar a nuevos artistas. Cualquiera que utilice The Pirate Bay debería explorar los numerosos servicios de música digital que operan de manera ética y legal”, dijo.
Antecedentes
Desde su punto de vista, que sostiene que su existencia tiene justificación, la lucha de The Pirate Bay con la justicia de su país ya tuvo un capítulo bastante serio en 2010, cuando un juez sueco declaró culpables a cuatro de los fundadores de la página al considerar que con su actividad estaban colaborando para que otra personas violen las leyes de derechos de autor.
En Suecia la página ha seguido funcionando, pero la justicia británica parece ser más eficiente: Virgin Media, que es el proveedor de internet de The Pirate Bay en el Reino Unido, ya recibió la orden para bloquear la página y se dispone a cumplirla, como lo afirmaron en un comunicado público.
Harvard revive el sueño de la biblioteca universal
Hace un tiempo Google soñó con escanear el conocimiento de la humanidad que estuviera consignado en documentos escritos para ponerlos online al servicio de todos, pero el proyecto se estrelló frontalmente contra los tribunales, en disputas por derechos de autor.
Ahora, un grupo de personas de la prestigiosa Universidad de Harvard, que se hacen llamar “La liga de la Hiedra”, está haciendo prácticamente el mismo intento de, como lo presentan ellos, poner en la Red nuestra herencia literaria. Lo que no se sabe es cómo lograrán sortear los obstáculos que detuvieron a Google.
El sueño de Wells
Los investigadores de Harvard han hecho referencia al libro Cerebro Mundial, escrito en 1938 por HG Wells, quien consigna allí su idea de una época no muy lejana a su tiempo, en la que cada persona en el planeta tendría un fácil acceso “a todo lo que se piensa o se sabe”.
Wells estaba influenciado y muy animado por un avance tecnológico en particular, que se dio en la década de 1930, como lo fue la microfotografía. Este autor supuso que el microfilm iba a ser la tecnología ideal para que, en un mundo generoso, el conocimiento humano pudiera quedar en las manos de todos.
Lo que Wells imaginó con el microfilm, es lo que después sucedió, pero con Internet. El sueño de este autor quedó resumido en sus propias palabras, de la siguiente manera: “Se acerca el tiempo en el que cualquier estudiante, en cualquier parte del mundo, podrá sentarse con su proyector en su propio estudio, con toda comodidad y examinar una réplica exacta de cualquier libro o documento”.
Estamos listos
Aunque finalmente el microfilm no fue lo que Wells imaginó, pues resultó demasiado caro y poco confiable, la Web es un sistema que mantiene aún vivo el sueño de este autor utópico. Internet es, entre otras cosas, un sistema de información que puede almacenar y transmitir documentos de manera eficiente y barata.
Y una vez se cuenta con el sistema, todo lo que queda por hacer es digitalizar los más de 100 millones de libros que han aparecido desde que Gutenberg inventó los tipos móviles, incluyendo su índice de contenido y ponerlos en línea con herramientas para su visualización y un buen número de recursos útiles para su consulta.
Suena sencillo y tecnológicamente sin duda que lo es. Y aunque la humanidad ya progresó lo suficiente como para crear una red que ponga ese conocimiento en las manos de todos, el problema es la telaraña de impedimentos jurídicos, comerciales y políticos que caracterizan al negocio editorial. Entonces, por culpa de la codicia y no de la tecnología, el sueño de la Biblioteca Universal sigue siendo una utopía.
“El Reino Unido se desliza por una pendiente resbaladiza hacia la censura en internet”: Loz Kayne, portavoz del Partido Pirata del Reino Unido.
Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ
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