Hay quienes son capaces de camuflarse entre la sociedad y lograr así el éxito esperado, hasta convertirse en referente para otros.
Pero hay quienes jamás encajan del todo y que, al final, terminan poniendo su sello a todo aquello que emprenden, incluso si al principio no es tan popular.
Emiliana, a sus 23 años, está justo en la edad de afrontar este dilema.
Cansada de estar en un evento social que poco le agradaba, Emiliana fue sorprendida haciendo mala cara mientras miraba el reloj en una de las mesas del salón de recepciones.
Uno de sus amigos se acercó a ella y le preguntó qué le sucedía.
-Detesto estar en estas reuniones- le contestó Emiliana.
Para ella es mucho más divertido estar en compañía de sus amigos disfrutando de una tarde sencilla y sin pretensiones.
Sin embargo, su amigo le dijo algo que la hizo reflexionar: “en la vida debemos adaptarnos a las circunstancias y conocer todas las cosas”.
Esta recomendación sin duda la dejó pensativa: ¿debía adaptarse a su circunstancia y tratar de disfrutarlo? ¿O acaso debía aprovechar cualquier descuido de sus anfitriones para escapar hacia un lugar más divertido?
¿Puede acaso adaptarse sin perder su identidad, o solo cuando sea necesario? Los expertos afirman que usted tiene dos opciones: o ser un camaleón y adaptarse a las circunstancias o ser una cebra social y hacer ese aporte especial a la realidad que debe afrontar.
En efecto, gran parte del éxito profesional es más accesible a las personas que son capaces de adaptarse a las circunstancias y de ponerse en el lugar del otro. Sin embargo, los expertos recomiendan no perder nunca esa chispa que caracteriza su personalidad y que lo hace único y especial.
Eso sí, cultivando la capacidad de tener un pensamiento flexible, que le permita explorar diferentes perspectivas.
¿Es usted un camaleón social? Expertos le cuentan los pros y contras y cómo identificar a uno de ellos.
Camaleón o cebra social, usted elige
La psicóloga Valeria Sabater explica que existen algunas profesiones u oficios que requieren de una mayor interacción con los otros y, por tanto, resulta importante para quien las ejerce usar sus dotes camaleónicos para que le sea posible llevar a cabo sus tareas de la mejor manera: política, derecho, periodismo, marketing, el teatro o diplomacia requieren que las personas sientan una mayor empatía por el otro y tengan la capacidad de ponerse “en los zapatos” de los demás.
“Tal y como hemos señalado al inicio, todos, en cierto modo, nos hemos visto en la obligación de ser camaleones sociales en algún momento. Sin embargo, especialistas en este tema, como el doctor Mark Snyder, nos indican que si de verdad queremos tener una auténtica salud emocional, sabiduría y equilibrio, deberíamos aprender a ser cebras sociales”, explica la psicóloga Valeria Sabater.
Y, ¿qué significa ser una cebra social? “No importa dónde esté una cebra, no importa a quién o qué tenga a su lado, ellas siempre serán las mismas, sus rayas no cambiarán en ningún momento. Ello supone, cómo no, ser un blanco fácil para los depredadores y como ya sabemos, en nuestros contextos sociales también los hay. Así, puede que nuestras «rayas» no gusten, que nuestra piel, nuestro estilismo, carácter y tono de voz no agrade a todos, pero los pocos que queden cautivados por nuestra autenticidad y curiosos matices, serán nuestros mejores aliados”, señala Sabater.
En nuestros espacios más personales, mantener aquellas características que nos hacen únicos y especiales resulta vital para alimentar una sana autoestima, así como la toma de decisiones independiente y la creatividad para iniciar, desarrollar o concluir todos nuestros proyectos.
“Pocas cosas pueden llegar a ser tan infructuosas y agotadoras como caer bien a todo el mundo, como ser esa pieza capaz de encajar en cada puzle o esa tuerca que vale para todo engranaje. Tal habilidad no es creíble ni saludable”, señala Sabater.
¿Qué es el efecto camaleón?
El psicólogo Adrián Triglia explica que no siempre se quiere imitar a otros o adaptarse a las circunstancias de manera consciente. De hecho, existen personas que lo hacen todo el tiempo.
“Se conoce como ‘efecto camaleón’ la tendencia a imitar inconscientemente a las personas con las que nos estamos relacionando. Este patrón parece desencadenarse en cuanto entramos en contacto con otra persona e imitamos su tono de voz, postura y otros aspectos sutiles relacionados con el lenguaje no verbal”, señala el experto.
El psicólogo indica que se trata de una sincronía que busca agradar y facilitar la comunicación.
“Además, las personas más empáticas acostumbran a volcarse más en la tarea de imitar al interlocutor y es muy probable que en este curioso fenómeno estén directamente involucradas las neuronas espejo”, señala Triglia.
Sin embargo, no todo es color de rosa.
“No sólo se imitan los aspectos positivos de la otra persona, también los negativos”, explica el experto.
Es por eso que ser un camaleón implica estar muy consciente de cuál es su situación y hacia dónde va su empatía.
Cinco signos de que usted es un camaleón
social
La psicóloga Lauren León explica cuáles son las características de un camaleón social:
1. Tiene un montón de amigos diferentes. Si le gusta pasar tiempo con personas de diferentes orígenes es porque su estado de ánimo cambia y no siempre tiene ganas de pasar el rato con las mismas personas todo el tiempo.
2. En el trabajo, se transforma en un “lambón”. Sí, claro, en su vida personal no lo hace, pero no puede evitar utilizar esta estrategia para mantener a su jefe contento. Jamás le llevaría la contraria.
3. Con sus compañeros de trabajo es chismoso y habla mal de su jefe. Como camaleón social profesional que es, puede llevarse bien con casi cualquier persona. Cuando la situación lo requiere, sabe cómo ir con la corriente.
4. Si está en una reunión social, puede hablar con cualquier persona sobre cualquier cosa. Le encanta hacer que las personas se sientan cómodas a su alrededor sin importar quiénes sean.
5. ¿Alguien necesita consejo? Usted siempre tiene algo que decir. De hecho, resulta casi imposible callarlo.
Dato
Ser un camaleón es una excelente estrategia para aprender sobre las experiencias de la vida y desenvolverse en cualquier lugar, siempre que no pierda su identidad.
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