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En una cama de la clínica Avidanti (Calambeo), donde revivió, donde logró su segunda oportunidad de vida, el médico especialista Elkin Yovani González Espinosa cuenta cómo venció el Covid-19, enfermedad por la que incluso sus colegas lo tuvieron como paciente desahuciado.
Dos meses han pasado desde que el gerente del hospital Santa Ana de Falan ingresó a una Unidad de Cuidados Intensivos, tiempo en el que pasó por tres instituciones de salud, y cuando se pensaba que estaba en sus últimos días, llegó el primer milagro de su vida: un pulmón artificial.
Nadie sabe cómo se contagió su padre, pues a pesar de los cuidados para que el señor de 81 años no saliera de casa, adquirió el virus. Cuando sus hijos se enteraron, lo iban a llevar al hospital, pero él se rehusó.
Cuenta Elkin González que atendieron a su papá en casa, fue necesario llevarle oxígeno, canalizarlo, administrarle antibióticos, todo el manejo para enfermos con Covid, pero a pesar de todo y de las medidas de seguridad, el doctor, junto con sus dos hermanos, también se infectaron.
Su padre falleció el 15 de noviembre, y el 18, cuando empezó a sentirse mal, decidió tomarse la prueba, esta salió positiva. El 25 de noviembre comenzaron las dificultades respiratorias, la sintomatología aumentó y en el hospital San Rafael de Espinal le detectaron neumonía.
La consola Ecmo, que sirve como ‘pulmón artificial’.
Aunque no estaba muy grave, lo hospitalizaron, pero su estado empeoró y pasó a Cuidados Intensivos, allí, se deterioró más. El 4 diciembre fue trasladado a Ibagué, a Medicádiz. El 7 de diciembre, ‘Día de las Velitas’, fue intubado.
Con una neumonía muy grave, con el pulmón ya sin funcionar y sedado, su familia solamente esperaba lo peor, no volver a verlo nunca más, pasaría a acompañar a su padre a la vida eterna.
La única opción que tenía Elkin González era que le iniciaran una terapia Ecmo respiratoria, pero con tantos casos diarios de coronavirus en Colombia, esto era casi imposible, en Tolima solamente hay tres equipos y están en Calambeo.
“Lo que me cuenta mi familia tras despertar, porque siempre estuve sedado, ya que duré casi 40 días con ventilación mecánica, es que fue un suplicio conseguir la terapia Ecmo. Por todos lados buscaron disponibilidad pero no había máquinas, ni en Bogotá.
“Me iban a aceptar en Bucaramanga, pero tocaba conseguir una ambulancia aérea medicalizada; el traslado costaba 18 millones de pesos y no se garantizaba que viviera durante el viaje. Gracias a Dios se consiguió aquí en Avidanti”, narró Elkin Yovani.
Sandra Santoyo, instrumentadora; Honorio Martínez y Elmer Moya, etmólogos; Marina Suárez, perfusionista y el coordinador Rafael Figueroa, cirujano cardiovascular y trasplantes.
Ecmo terapia
Según la gerente de la Clínica Avidanti, Mónica Mosos, el sistema de Oxigenación por Membrana Extracorpórea, Ecmo, por sus siglas en inglés, consiste en limpiar la sangre que no puede ser oxigenada por los pulmones del paciente.
“La sangre se extrae por una cánula, pasa por la membrana de circulación extracorpórea, allí se oxigena y regresa al cuerpo del paciente por otra cánula. La consola Ecmo se puede considerar como un pulmón artificial”.
“De verdad que mi pronóstico era muy malo, nadie daba nada por mí, por eso mi familia se puso muy juiciosa en cadena de oración. Yo sé que esto es un milagro, porque como médico, y trabajé en Cuidados Intensivos, uno ve pacientes que definitivamente no tienen reversa, yo era uno de esos.
“Y por eso agradezco al doctor Rafael Figueroa, a los de la clínica Avidanti que me aceptaron, acá es la única parte donde tienen esta máquina”, contó González Espinosa.
El 9 de diciembre inició el traslado en una ambulancia medicalizada, con todo un equipo pendiente para salvar la vida del paciente durante ese recorrido, pues salió conectado a todos los equipos.
Traslado del paciente en ambulancia medicalizada.
Renacer
“Acá estoy contando el cuento. Ya estoy ad portas de salir para ver a mi hija que tiene ocho años, llevo dos meses sin verla, ya quiero compartir con mi familia, estar en mi casa.
“Como le digo, estoy contando el cuento, porque con todo lo que ha pasado con el Covid, todas las personas que se ha llevado, quizá sería otra causa de mortalidad. Gracias a Dios acá estoy, el Señor puso ángeles en mi camino como lo es el doctor Figueroa y el equipo de profesionales de la clínica”.
Esta semana el gerente del hospital Santa Ana volverá con los suyos, una sorpresa para muchos, pues son pocos los que salen vivos tras una intubación, y pocos los que pueden recibir este tratamiento y responder satisfactoriamente.
Ahora, sus hermanos, quienes tuvieron síntomas moderados, también lo esperan en casa, su esposa, y su pequeña hija, a quien desea por muchos años más, verla crecer.
Cadena de oración
Como una situación angustiosa, de bastante zozobra e impotencia, califica Jazmín Amparo González Espinoza lo que ha vivido toda su familia, desde que murió su padre, hasta sentir el miedo de que en algún momento los médicos le dijeran que ya no volverían a contar más con su hermano. “Mi hermano estuvo muy mal por consecuencia de esta enfermedad, sus pulmones quedaron completamente desaparecidos. Gracias a Dios no se afectaron su corazón ni riñones y, esa era la luz en medio de ese túnel oscuro que teníamos, por supuesto, siempre aferrados a Dios y en cadena de oración, muchas personas unidas orando por él, yo creo que todo esto es milagro y obra de Dios. Por eso no tenemos que dudar de su existencia, solamente clamar, que él escucha nuestras oraciones”.
Una terapia que salva vidas
La gerente de la Clínica Avidanti, Mónica Brigitte Mosos Patiño, dialogó con EL NUEVO DÍA acerca de esta terapia, la cual usan desde 2015, y con la que incluso, salvaron vidas de pacientes infectados con AH1N1. “Esta terapia ha tomado relevancia en estos momentos de pandemia, se convirtió en una alternativa salvadora para pacientes en estado muy crítico, con un alto grado de severidad de Covid-19 y con probabilidades de fallecer, por eso queremos fortalecer nuestro programa para ayudar a este tipo pacientes a superar el coronavirus. “Pero también desarrollamos, con base en las dificultades en los trasladados en ambulancia y que muchos podrían fallecer antes de llegar a la institución, un proceso para nosotros mismos canularlos en el sitio donde el paciente está hospitalizado. “Contamos con nuestro grupo Ecmo, conformado por un cirujano cardiovascular, perfusionistas y enfermeros entrenados en esta terapia. Entonces eso hace que las condiciones del traslado sean más seguras para traer con vida al paciente e iniciar la terapia”, indicó Mónica Mosos.
Dato
Luego de estar 55 días en Cuidados Intensivos, el especialista espera que sus exámenes salgan muy bien, pues debido al Covid, y que sufre de hipertensión, ha tenido episodios de taquicardia.
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