por el estilo de: “lo que tú necesitas es un Ultrabookâ€. Siempre y cuando una estrategia de $300 millones de dólares de Intel resulte como el fabricante de chips lo espera.
Si usted es una entre millones de personas que buscan “un portátil que no sea tan grande, que no pese tanto y que tenga bastante baterÃaâ€, es su año de suerte; Intel invirtió cientos de millones de dólares para poner sus chips en equipos con precisamente esas caracterÃsticas. La compañÃa insiste en llamarlos Ultrabooks, y en que sus fabricantes los adornen con un precio razonable.
La estrategia de Intel
Si alguna vez ha visto un MacBook Air de Apple, ha visto lo que Intel tiene pensado para los Ultrabooks: ordenadores portátiles muy pequeños con un cuerpo de metal que les ayude a disipar el calor que producen sus chips instalados en tan poco espacio.
Si todo sale como lo planea Intel, el principal de esos chips será un procesador de su familia Core i3 o los más veloces i5, con cuatro núcleos y la capacidad gráfica suficiente para permitir ver videos y ejecutar aplicaciones de Internet sin ningún problema.
La semana pasada Intel anunció que invirtió $300 millones de dólares en una campaña para popularizar a los Ultrabooks, no entre los consumidores, sino entre los fabricantes de ordenadores portátiles. La empresa fundó una organización que se dedicará a convencer a compañÃas como Asus, Toshiba y Lenovo de vender los pequeños equipos, con la esperanza de que se conviertan en los modelos preferidos por la mayorÃa de usuarios. Y por supuesto, de utilizar chips de Intel en las máquinas.
Como caracterÃstica extra, los Ultrabooks tendrán 2 o más Gigabytes de RAM, suficiente para ejecutar sin problemas casi cualquier aplicación o pieza de software moderna. Sólo en su capacidad de almacenamiento podrÃan estar limitados, pues los modelos usarÃan discos de estado sólido en lugar de discos duros regulares.
¿Por qué estado sólido?
Porque es una tecnologÃa mucho más rápida que la utilizada en los discos duros corrientes.
La ventaja no sólo está en que los discos de estado sólido, SSDs por su sigla en inglés, lean más datos por segundo, sino también en que son mucho más rápidos para acceder a los datos en primer lugar. Esto se traduce en un incremento notable de la velocidad con que se abren los programas, y con que se carga el sistema operativo del ordenador después de prenderlo.
Desafortunadamente el precio de los discos de estado sólido aún es elevado, y para compensar los fabricantes deben instalar discos con menor capacidad.
Es por esto que, mientras que los portátiles actuales almacenan entre 350 y 500 Gigabytes, para los Ultrabooks será más normal tener discos de 120 Gigabytes. La limitación se hace todavÃa menos notoria cuando se usan servicios de Internet para oir música, ver pelÃculas y series, y guardar documentos.
Una versión oportuna
Para suerte de Intel y los futuros dueños de los Ultrabooks con que la empresa quiere llenar el mercado, Microsoft está preparando un una versión de Windows que promete adaptarse a la perfección a equipos con pantallas pequeñas y menor poder que el de los ordenadores profesionales.
Se trata, por supuesto, de Windows 8, un sistema operativo que está diseñado para iniciar en segundos muy pocos, aún en equipos sin discos de estado sólido. En la mayorÃa de Ultrabooks, Windows 8 dará una sensación más parecida a la de una tableta o un teléfono; un dispositivo que está encendido y listo para usarse todo el tiempo.
Intel confÃa en que la salida de este nuevo sistema y la introducción de los Ultrabooks al mercado marcarán un antes y un después en la industria tecnológica. “Desde la introducción de la tecnologÃa Centrino de Intel hace 8 años no habÃamos presenciado una transformación tan fundamental en la computación personal†dijo Mooly Eden, vicepresidente de la rama de la empresa encargada de los PCs.
La realidad probablemente será menos dramática, pero quizá llene el vacÃo que muchos consumidores sienten entre las cómodas pero limitantes tabletas y la amplia y confusa gama de ordenadores portátiles.
Una nueva pantalla de la muerte
Es frustrante y azul: esa pantalla con letras blancas que le indica que Windows dejó de funcionar y que acaba de perder minutos, o quizá horas de su trabajo. Los usuarios le tienen tan poco cariño que le llaman “la pantalla azul de la muerteâ€, y los foros se refieren a ella como BSOD, por su sigla en inglés.
La buena noticia es que está a punto de pasar a la historia, al menos en su presentación actual.
Después de años de confundir y a veces asustar a miles de millones usuarios, Microsoft decidió que los mensajes con detalles incomprensibles y números misteriosos no deben llegar a las versiones definitivas de sus productos.
Es por eso que cuando falle, Windows 8 mostrará una pantalla mucho más amistosa. TodavÃa es azul, pero tiene un texto simple: “su PC encontró un problema que no pudo resolver, y necesita reiniciarseâ€. Bajo el mensaje una frase más pequeña invita a los usuarios a buscar en Internet información sobre el problema particular que causó el infarto digital, seguido del nombre del error. Sobre el mensaje está el emoticón de una cara triste.
La nueva pantalla no sólo presta algo de consuelo a los usuarios implicando que los desarrolladores de Windows también se sienten mal por lo ocurrido, sino que también asigna la responsabilidad al ordenador de los usuarios en lugar de a Windows.
Como caracterÃsticas adicionales Windows 8 dará la posibilidad de formatear el sistema para que su desempeño sea como el de un sistema recién instalado, pero lo hará sin eliminar los datos de los usuarios, ni obligarlos a instalar de nuevo todos sus programas.
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