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El podcast Conducta Delictiva, dirigido por los periodistas Kevin Pinzón y Michell Rodríguez, ha ganado gran popularidad entre los usuarios de YouTube. En este programa se presentan entrevistas con asesinos, abusadores y otros delincuentes, con el objetivo de analizar y comprender la mente criminal detrás de sus acciones.
En uno de sus capítulos más recientes, visitaron la 'Tramacúa' para entrevistar a uno de los asesinos más repudiados por los colombianos en los últimos dos años. Se trata de Harold Echeverry, el hombre que le arrebató la vida a la joven Michel Dayana González en Cali, durante el 7 de Velitas del año 2023.
Mientras las familias disfrutaban de la tradición de encender velitas para conmemorar sus deseos, Michael vivía el terror al interior de un taller de carros cercano a su vivienda.
Un año después del crimen, Echeverry concedió una entrevista al mencionado portal, donde relató su versión de los hechos ocurridos ese fatídico día. Para comenzar, habló sobre su vida, origen y niñez, explicando que nació en Ibagué, en una familia sin figura paterna, algo que marcó significativamente su desarrollo. Afirmó ser una persona "estudiada y perfeccionista" y comentó que, gracias a sus habilidades, trabajó en empresas del sector automotriz y llegó a tener una veterinaria, ya que cursó algunos semestres de esta carrera. Además, se describió como "muy bueno en administración de empresas", lo que le permitió desempeñarse en el taller donde ocurrió el crimen.
Echeverry relató que el día de los hechos planeaba regresar a casa, pero su moto no encendió, por lo que decidió quedarse en el taller bebiendo cervezas. Estando allí, vio pasar a Michael, con quien, según él, no tenía ningún tipo de vínculo más allá de saludarse como vecinos.
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Cabe recordar que la menor, de 15 años, había salido a una tienda cercana para comprar un mecato. Sin embargo, las horas pasaron, y aquella noche festiva se convirtió en una tragedia para su familia, especialmente para su padre, quien fue el último en verla con vida tras entregarle dinero para que realizara la compra.
Según la versión de Echeverry, alrededor de las 6:30 o 7:00 p.m., le dijo a Michel que tenía una pregunta que hacerle. Supuestamente, ella respondió que también tenía algo que decirle. Posteriormente, la joven ingresó al taller, según él, ante la vista de varios vecinos. Una vez dentro, Echeverry afirma que le preguntó si era "lesbiana".
El hombre aseguró que esta pregunta alteró a la menor, quien presuntamente reaccionó atacándolo con un destornillador en diferentes partes del cuerpo, incluida la boca. Según su relato, al sentirse herido, tomó un pedazo de metal y golpeó a Michael en la cabeza. "A ella le salía algo blanco de la cabeza, creo que era la masa encefálica", recordó.
Echeverry sostuvo que actuó en defensa propia, pero esta versión fue cuestionada por los periodistas, quienes señalaron su evidente superioridad física frente a la menor. Él respondió que fue el ataque sorpresivo lo que lo puso en estado de shock, reaccionando tardíamente al defenderse.
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El agresor mencionó que le extrañó que nadie escuchara los gritos de Michael. "Pensé que la policía llegaría y me encontraría en flagrancia. Yo fui a la tienda a entregar unos envases, pero más que todo a mirar qué estaba pasando y, de alguna manera, pedir ayuda", expresó.
En cuanto a lo ocurrido después, Echeverry admitió que desmembró el cuerpo. "Entrar en más detalles sería reabrir la investigación y crear sospechas. A mí ya me culparon de todo y me condenaron, pero hay cosas que quedarán en las sombras para no agrandar los problemas. Hay personas que podrían verse afectadas", dijo.
Finalmente, narró su huida tras el crimen, describiendo cómo se movió por diferentes ciudades, incluyendo Ibagué, "El pensado mío era huir donde una persona que yo conocía y de hecho fui allá y me dijeron aquí no puede estar y llegué a Ibagué. En el terminal de transporte estaban pidiendo cédula y menos mal no me la pidieron, porque la persona que me quiera tapar a mí, es lo último que iba a hacer en la vida", afirmó. Añadió que: "Entré en una panadería cerca al Parque Galarza y una señora me reconoció y si viene a rodearme hubiera sido peor. Me fui a Arkaniza donde vivía y pensé en entregarme pero en el momento no lo hice. Estaba armado. No me voy a entregar y agarro para Chicoral- Tolima y me dicen que ahí tampoco puedo estar". Luego, "voy a una iglesia cristiana y un pastor me da comida y seguí mi camino a Flandes con ganas de sacar el arma y dispararme en la cabeza. Llegué a un puente y me quedo pensando y me pongo el arma en la cabeza y no sé por qué algo me detuvo y empecé a pensar en mi mamá y me puse a llorar. Yo no puedo seguir así".
Eventualmente, trabajó como motorratón en Villavicencio, hasta que fue reconocido y entregado a las autoridades.
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