Todo el mundo se sacudió al conocerse la noticia del escabroso homicidio del pequeño Gabriel Fernández de tan solo 8 años de edad. 

Como "horrible, inhumano y peor que el demonio", calificó el juez al crimen que cometieron contra este menor, a quien Pearl Fernández e Isauro Aguirre torturaron por meses antes de que falleciera a causa de maltratos y abusos. 

Su mamá, quien se suponía debía cuidarlo y dar la vida si fuera necesario por salvaguardarlo, le hizo probar la miseria y lo más inhumano posible a su propio hijo. Su novio, y padrastro del niño, lo agredió y lo maltrató como quiso, y ella, según las investigaciones, siempre le acolitó sus acciones. 

El hecho tuvo lugar en el Condado de Los Ángeles y fue este lugar el protagonista de una de las historias de crímenes más escalofriantes, macabras e indignantes. 

El caso de Gabriel Fernández es el estandarte para una ley que busca penalizar el maltrato infantil en California y su amarga vivencia ha sido tan notoria que fue inmortalizada por la plataforma mundial de  Netflix. 

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La brutal y sangrienta agresión 

La pareja abusó severamente de Gabriel durante meses previos a su muerte. El pequeño fue golpeado frecuentemente por Aguirre porque creía que el niño era gay (esto según informes). Según reportes policiales, este hombre lo sometió a múltiples golpes y agresiones psicológicas. Pues incluso se llegó a saber, que el niño tuvo que comer heces de gato y era amarrado y azotado. No siendo suficiente con todos los golpes e insultos hacia él, también lo metían en un armario para que durmiera allí. 

Todos estos episodios violentos tuvo que vivirlos durante mucho tiempo. Pero llegaría el día, en el que las agresiones lo llevarían a la muerte. 

Su profesora sabía lo que pasaba e intentó ayudarlo 

En el documental de Netflix se cuenta como es que el Departamento de Servicios Infantiles y Familiares ignoraron las veces que se les advirtió que el pequeño estaba siendo maltratado y prueba de ello es la denuncia que hizo la maestra del pequeño Gabiel Fernández.

Gabrielito le hacía con frecuencia algunas preguntas inquietantes a su docente. Todas referentes a la violencia  “¿Es normal que las madres golpeen a sus hijos?”, “¿Es normal que sangres?” Esas fueron algunas de las inquietudes que el niño le expresó a su profesora y que para ella quedaron marcadas. 

Sin embargo, a pesar de que la línea directa de abuso infantil del condado de Los Ángeles fue alertada sobre el caso, no se hizo nada.

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Gabriel no soportó más 

Llegó el 24 de mayo de aquel 2003 y la muerte acechaba al niño. Ese día  las autoridades respondieron a una llamada en la que indicaban que el menor no respiraba y que supuestamente se había golpeado en la cabeza con la esquina de un tocador. Sin embargo, todo lo que encontraron en su cuerpo dejó atónitos a todos los investigadores. 

Gabriel le escribía cartas a su mamá. 

Aunque segaron la vida de Gabriel, su cadáver emitió señales muy concisas de lo que le hicieron: encontraron al pequeño Gabriel con el cráneo fracturado y demás signos de tortura, el menor fue llevado a un hospital local en donde dos días mas tarde, el 24 de mayo murió a causa de sus heridas.

Como lo cuenta la serie de la famosa plataforma. Una enfermera declaró todo lo que vio apenas intentó socorrer al infante, "Tenía una fractura de cráneo deprimida, lo que significa que se podía sentir su cráneo...”, dijo ella.

“El suyo estaba abollado y se podía sentir... como si fuera crujiente en su cabeza. Recuerdo que su garganta parecía que alguien la hubiese quemado. Moretones y cortes en toda la cara. Ojos negros, cortes en todas partes... En cada parte de su cuerpo había algo”, explicó.

“Tenía balines en el pulmón y en la ingle, quemaduras de cigarrillos, apagaban cigarrillos en él (...) Recuerdo que esa noche pensaba que no podía entender esto, cómo llegó hasta esto (...). Hay tanto trauma, tanto daño y tantas preguntas”, agregó.

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A  pagar por sus atrocidades 

Fernández fue hallada culpable de torturas del cargo de asesinato en primer grado. Después, la madre se declaró culpable de crimen en primer grado, indicó la oficina del fiscal. Por lo cual fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Aguirre, un exguardia de seguridad, fue hallado culpable de homicidio en primer grado el pasado 15 de noviembre y fue sentenciado a muerte. 

Luego de la sentencia, medios locales indicaron que el juez Lomeli calificó el crimen como "horrendo, inhumano y peor que el demonio". "Espero que piense sobre el dolor que causó a este niño y que te torture", dijo el magistrado. "Rara vez digo eso".

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