Ante un futuro económico incierto: inversión estatal

Así las cosas, la próxima visita del primer mandatario, en la apertura de sus anunciadas giras por el país, resulta propicia ocasión como la que más para contarle nuestro real estado de penuria y las afugias económicas que afrontamos.

Tanto el Tolima como su ciudad capital se hallan inmersas en un círculo vicioso que las mantienen en grave estado de postración: carentes de infraestructura vial y de servicios no pueden aspirar a atraer inversión foránea para apuntalar su progreso, y adolecen de falta de músculo económico para financiar sus carencias a fin de tornarse centro de atracción para el capital externo.

No obstante las muchas ventajas comparativas que poseemos, que garantizarían la rentabilidad de cualquier inversión como nuestra privilegiada ubicación geográfica en pleno centro del país y paso obligado de todo el tráfico nacional, una gran biodiversidad y la probada capacidad agropecuaria de nuestras gentes, entre otras, sin servicios ni vías, no podemos aspirar al desarrollo.


Tal como debiera estarlo pensando nuestra clase dirigente política y nuestros mandatarios y actuar en consonancia con presteza y diligencia, a fin de procurar una buena dosis de inversión estatal como medio expedito que nos saquen de ese “punto muerto” y nos retornen al camino de la prosperidad.


Así las cosas, la próxima visita del primer mandatario, en la apertura de sus anunciadas giras por el país, resulta propicia ocasión como la que más para contarle nuestro real estado de penuria y las afugias económicas que afrontamos y demandarle con energía el apoyo requerido para derrotar el desempleo y la pobreza que nos acosan, haciendo énfasis en el significado político que ésto tendría frente al resto del país, que viene señalándolo a él y su gobierno como centralistas a ultranza y desdeñosos con las dificultades regionales.


La presencia de un tolimense en un cargo clave para la toma de decisiones de inversión del Estado, como la cartera de Hacienda, contribuye a hacernos pensar que son excelentes las  posibilidades de lograr la canalización de recursos del Estado hacia nuestra exánime economía y reanimar la inversión pública en nuestros lares, máxime en momentos en que, según las autoridades impositivas, el recaudo tributario ha subido en más de un 23 por ciento y el presupuesto de inversión llegado a la cifra récord de 40.7 millardos, que se aplicará al desenvolvimiento social en 2013, según lo dicho por el presidente Santos en su alocución al Congreso el pasado 20 de julio.


Son circunstancias que, de darse, nos pueden llevar a aclarar las brumas que gravitan sobre nuestro futuro, máxime si las agregamos a algunos hechos recientes dotados de un alto valor de significación para nuestra capital por cuenta del sector privado, que vienen canalizado cuantiosa inversión en la construcción de centros comerciales y almacenes de cadena hacia Ibagué, mostrándonos que de afuera  ven y aprecian nuestras ventajas competitivas y creen en las perspectivas de desarrollo que efectivamente tenemos.

Credito
MANUEL JOSÉ ALVAREZ DIDYME-DÔME

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