La resurrección de una ciudad con décadas de atrasos

Andres Hurtado

Resurrección significa una nueva era y la superación de un tortuoso camino. Así como Jesús fue azotado, humillado y crucificado, previo a su victoria sobre la muerte, nuestra ciudad tuvo que soportar dificultades antes de recuperar la dignidad, saldar deudas históricas, y volver a transitar por la senda del progreso.
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Caifás era el sacerdote de lo Saduceos que lideró la conspiración contra Jesús. Este no creía en la resurrección, y fue precisamente el caso de Lázaro lo que instó su ira contra el hijo de Dios. 

Como Caifás, hay muchos, no creen en la resurrección de Ibagué, aunque los hechos evidencien lo contrario; quizás el progreso de la ciudad vaya en detrimento del poder que han acumulado durante décadas; no obstante, serán Dios y la historia los que determinen quién tenía la razón.  

Lo anterior refiere a quienes conscientemente se oponen a la resurrección de Ibagué, sin embargo, es normal que luego de fracasos y tristezas vividos por años, el escepticismo conquiste a los ciudadanos; así como cuando Tomás expresó que, si no metía su dedo en los estigmas, y su mano en el costado de Jesús, no creería que el Mesías nuevamente caminaba entre los vivos. 

¡La verdad sea dicha! 

La USI Picaleña y Calle 103, eran proyectos sin luz verde porque algunos ‘Poncio Pilatos’ decían que no eran de interés estratégico; aplazaron su construcción, aunque la comunidad los reclamase por décadas.  

Los megacolegios son una cruz que miles de estudiantes cargan desde 2016, gracias a Dios, nuestra Administración ha entregado 11 de 26 prometidos, y trabaja gestionando recursos y presionando al FFIE para construir los faltantes. 

¿Cómo no mencionar el Acueducto Complementario? Mientras Jesús es agua para saciar la sed espiritual, este proyecto, cuya iniciativa data de más de 20 años, traerá el líquido que saciará la sed a miles de ibaguereños. 

¿Cómo no hablar del Panóptico? Proyecto inaugurado por falsos profetas, mientras requería más de $6.000 millones para su funcionamiento, pero con esfuerzo, amor y fe, logramos los recursos para construirlo y dotarlo.

¿Cómo no traer a colación los escenarios deportivos? Aquellos que perdimos porque algunos Judas vendieron el progreso a cambio de unas monedas. El Complejo de Raquetas, Pista de BMX más rápida del mundo, y el Coliseo de Combate, son una realidad. Incluso, muy pronto tendremos el Tejódromo, Piscinas Olímpicas, Coliseo Menor, Complejo Acuático, Parque de Diversiones Acuáticas, y nuestro Coliseo Mayor para el Mundial de Patinaje Artístico.

La mayoría de proyectos propuestos llegaron y están llegando a ser realidad. Entregaremos el puente de la 60; pavimentación de la Quinta, Ambalá, Guabinal y 115 vías en las 13 comunas. Estamos modernizando a LED todo el alumbrado público, construiremos 8 polideportivos cubiertos, más de 50 Parques Vibra, y brindamos Internet gratuito en 280 puntos, llegando a los lugares más lejanos.

En el campo construiremos placas huella con 100 JAC, instalaremos Gas Domiciliario para 1.100 familias del Cañón del Combeima, San Bernardo, La Flor y San Juan de la China. Dotamos al Cuerpo Oficial de Bomberos, superamos la meta de 400.000 árboles sembrados, y en fin… es mucho lo que se ha logrado, incluso, pese a la pandemia. 

Dice la palabra que Jesús llegó al Hades durante las 72 horas que transcurrieron entre su deceso y resurrección, donde predicó a los espíritus encarcelados, o mejor, donde anunció: Una declaración de victoria. 

Los tiempos de tinieblas terminaron para Ibagué. Cada obra entregada y proyecto finalizado, llenan de esperanza a una ciudad que agonizaba después de décadas de abandono; hoy tenemos una Capital Musical vigorosa, llena de posibilidades, y esa, es nuestra declaración de victoria. 

 

 

ANDRÉS FABIÁN HURTADO- ALCALDE DE IBAGUÉ

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