Lo que son escasas son las propuestas reales. Como se va a elegir senadores y representantes a la cámara, vale la pena conocer cuáles son sus funciones establecidas en la ley. El congreso tiene, en general, seis tipos de funciones:
Función constituyente. Los congresistas tienen facultades, mediante acto legislativo, para reformar la constitución. Función legislativa. Los congresistas tienen la facultad de crear, modificar y derogar las leyes. Función de control político.
El control se ejerce sobre el ejecutivo. Se cita a los ministros y altos funcionarios públicos para que informen o rindan cuenta sobre sus acciones u omisiones en el desempeño en los cargos.
El congreso los puede censurar. También pueden invitar a otros funcionarios. Función de protocolo. El Presidente del senado toma el juramento al Presidente de la República en día de su posesión. Además, otorga honores a personajes de la vida nacional y recibe a Jefes de estado de gobiernos de otras naciones.
Función electoral. El congreso en pleno elige al Contralor general, a los magistrados de la sala disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura. El senado elige a los magistrados de la Corte Constitucional y al Procurador General de la Nación. La Cámara de Representantes debe elegir al Defensor del Pueblo.
Función Judicial. El Congreso juzga excepcionalmente a latos funcionarios del estado, entre ellos al Presidente de la República, por responsabilidades políticas. También adelanta juicio contra los magistrados de las altas cortes y el Fiscal general de la nación.
Estas son las funciones de los congresistas. Por ninguna parte se dice que puedan construir puentes, carreteras, acueductos, colegios, hospitales, grandes obras de infraestructura o conseguir jugosos contratos.
Sin embargo, lo que se escucha en los discursos de los candidatos es precisamente prometer acciones en los asuntos en los que no tienen función. Los que si pueden comprometerse con esas acciones son los miembros del ejecutivo que ellos vigilan. Surge una pregunta: si los congresistas no tienen como función hacer inversiones en obras de cemento ni conseguir recursos, ¿por qué lo prometen a toda hora?
Habría algunas explicaciones. Los candidatos no tienen claras sus funciones y se comprometen con lo que no deben. O se aprovechan de la ignorancia de los electores. O conocen muy bien sus funciones y dejan de hacer el control político para que, a cambio de ello, los funcionarios vigilados les den las obras y contratos que ellos se comprometieron. En todos los casos se obra mal con el elector y la moral pública.
Si se quiere recuperar la credibilidad en las instituciones de elección popular, hay que exigirles a sus posibles miembros que cumplan a cabalidad con sus funciones y no que engañen de manera descarada a sus electores. Si usted vota a favor de un candidato para que haga lo que no puede hacer, no puede quejarse luego, porque el candidato le incumplió.
Usted a la hora de elegir tiene una responsabilidad con el país y con la ciudadanía. Si facilita el engaño, también es culpable.
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