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Primero, según el índice de Competitividad por Ciudades 2021, en el componente relacionado con el capital humano y, dentro de este, el pilar de la educación básica y media, la ciudad de Ibagué desciende un lugar en el ranking, frente a 2020, ubicándose en el puesto 8º, pero, contrario sensu, en el pilar relacionado con la educación superior y formación para el trabajo, sube dos lugares, ubicándose ahora en el puesto 11, esto último está bien, pero aún no es suficiente, porque, a la par que podamos mejorar en este aspecto, también resulta fundamental que los jóvenes de la ciudad comiencen a formarse para las demandas empresariales, académicas, comerciales y profesionales de la ciudad.
¿Qué requiere la sociedad? ¿Hay oferta académica local para suplir esos requerimientos de la sociedad? Son preguntas importantes a resolver, en una aspiración al conocimiento, que día a día avanza hacia esferas en las cuales, tradicionalmente, no habían competencias, pero que se hace necesario afianzarlas en el municipio y no esperar que los jóvenes se desplacen a otras ciudades para adquirirlo o, que una vez alcanzado, tengan que migrar en busca de oportunidades laborales.
Hay que evitar la denominada “fuga de cerebros” –y de talentos que se van a otras ciudades a formarse y, por falta de oportunidades, no regresan, siendo indispensables para aportar al desarrollo y crecimiento de la ciudad- y el primer paso es una alianza tripartita entre la academia, el sector privado y el sector público para ponernos “de acuerdo en lo fundamental”: ¿qué se necesita?.
Segundo, un informe del Laboratorio de Economía de la Educación –LEE- de la Universidad Javeriana y publicado por el diario El Tiempo, en septiembre de 2021, reveló que “cinco ciudades concentran el 72% de la migración estudiantil” en Colombia, estas ciudades son Bogotá con el 56,79%, Medellín el 6,04%, Barranquilla el 3,28%, Bucaramanga 3,15% y Cali con el 3,12%. Puede ser un reflejo de la percepción que tienen los jóvenes en relación a las oportunidades que brindan, para el desarrollo de un proyecto profesional, estas ciudades. Hay que trabajar en esto de manera urgente y ofrecer condiciones para atraerlos.
La educación y el empleo van de la mano y, ambas, requieren necesariamente la generación de condiciones para el acceso a la ciencia y la tecnología, pues así se impacta positivamente el camino efectivo al trabajo y el emprendimiento para los jóvenes –son ellos, los jóvenes, uno de los grupos poblacionales más golpeados por el desempleo- y esa combinación puede constituir un incentivo a la migración. Un dato adicional, el siglo XXI demanda, por lo menos, garantizar acceso e interconectividad universal que permita reducir la brecha y, en el mismo informe de competitividad, Ibagué bajo tres puestos en el ranking, frente al 2020, ubicándose en el 7º lugar en relación con la adopción de programas relacionados con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
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