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Resultó curioso registrar, que en el borrador del citado documento, las Farc firmaban como “las Farc-EP aún en armas” - quizás, y a muy buena hora, presagiaban desde ahora la dejación definitiva de las armas- pero en el documento definitivo firmaron simplemente, -lo mismo que antes- como “Estado Mayor Central de las FARC-EP”. Pero, desde ya, se registra una “visión estratégicamente correcta”, como dirían algunos de los ancestrales camaradas, al abordar el análisis de asuntos semejantes. O sea, avanzar en democracia y justicia social, sin armas.
Valga también la pena recordar, que dicha organización subversiva es dinámica y ejerce control comprobado en importantes territorios de la nación. Quienes conocen de este delicado asunto referido a la paz nacional, calculan que dicha organización cuenta con 3.000 personas en armas, sin contar los milicianos que se hallan en 23 Frentes y cinco grandes estructuras o bloques. Todo un aparato militar.
Es justo y necesario, también precisar, que no hacen parte de este grupo las disidencias comandadas por Iván Márquez y agrupadas en la denominada “Segunda Marquetalia”.
Imperioso y objetivo, también resaltar los avances que importantes organismos de paz internacionales están aportando en el avance del proceso. Para la muestra, una buena iniciativa: la creación del “Mecanismo de Veeduría, Monitoreo y Verificación (MVMV).
Los esfuerzos de esta instancia, -VMV- son desde ya, alentadores: movilizarán 20 Comandantes de esa disidencia -cinco de ellos saldrán de las cárceles de Jamundí, Popayán, Villavicencio y La Picota en Bogotá, a una Cumbre de Diálogo y Paz– aún no se ha precisado públicamente el lugar donde se realizará dicho evento, entre el 14 y 24 de febrero.
Terminada la mencionada reunión, las personas privadas de la libertad volverán a sus lugares de reclusión. Justo, igualmente resaltar, el valioso apoyo incondicional en este propósito de paz y vida, del Comité Internacional de la Cruz Roja con el apoyo de la Misión de Verificación de la ONU, la Mapp-OEA, y la embajada de Noruega en Colombia. También, con la especial participación, entre otros colaboradores, de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (Unipep).
Se registra entonces, -hablando democráticamente- que los esfuerzos por avanzar en paz en Colombia, progresan. Y que los guerreristas, enemigos de la paz, cada vez más, son minoría. Afortunadamente.
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