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Antonio Nariño tras haber saqueado los templos en Popayán, amenazó a Pasto en plena semana mayor, enrutando sus tropas hacia la ciudad en una semana santa de 1814. De igual manera, la batalla de Bomboná se realizó un domingo de pascua, el 7 de abril de 1822; de acuerdo al calendario católico, una vez más las tropas de Pasto deben afrontar una nueva invasión militar, esta vez dirigida por el propio general Simón Bolívar.
Para rematar el hecho que demuestra nuestra tesis es el episodio conocido como la Navidad Negra donde tras una nueva resistencia y la derrota de los granadinos en Taindalá, se creó la excusa perfecta para que Bolívar obtuviera su venganza contra aquella ciudad.
Fue así como el 24 de diciembre de 1822, hace su arribo demencial a Pasto el General Sucre donde se cometieron los excesos de extrema sevicia por las tropas bajo su mando; a pesar de que la ciudad había sido desalojada por las milicias; en ella únicamente se encontraban mujeres, ancianos y niños. La masacre fue horrible, se calcula que las personas asesinadas ascienden a más de 800, nadie se salvó de aquella orgía de terror; no se respetaron a sus inermes habitantes que fueron masacrados y violados, incluso a las siervas de Dios, aquella noche de navidad y durante tres días más.
Sobre este nefasto y triste hecho, han escrito varios historiadores como: Julio Cepeda Sarasty, Enrique Herrera Enríquez, José Manuel Restrepo, Alberto Montezuma Hurtado, don José Manuel Groot, el general José María Obando, José Manuel Restrepo, el doctor José Rafael Sañudo, el doctor Roberto Botero Saldarriaga, el padre Arístides Gutiérrez, el doctor Leopoldo López Álvarez, Daniel Florencio O’Leary secretario privado de Bolívar, Leopoldo Álvarez; José Rafael Sañudo, entre muchos otros.
Después de este relato histórico solo nos resta decir que los ejércitos republicanos se ensañaron contra Pasto y asestaron sus golpes más duros en las fechas más significativas por sus creencias y su fe; por ello, desde el centro de Pensamiento Libre, de la mano del presbítero Manuel Dolores Chamorro y un grupo importante de sacerdotes nariñenses, hemos iniciado una gran cruzada para que se reconozca como Mártires de la Iglesia Católica a las víctimas de ese episodio, al celebrarse este año los dos siglos de este amargo hecho histórico que enluta nuestra independencia.
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