¿Este era el ritmo de la economÃa de los paÃses con un movimiento pendular en el precio de las acciones que no tenÃa una explicación lógica como reflejo de la verdadera situación económica? No hay un sincronismo entre los Ãndices de crecimiento real de las economÃas globales y lo que reflejan las estadÃsticas de las cotizaciones de las bolsas de valores.
Al tiempo en que las economÃas de Europa y de los Estados Unidos oscilaban hacia el alza las cotizaciones de las bolsas y bonos de las empresas y de las entidades de estos paÃses caÃan bruscamente; al poco tiempo esta falta de sincronÃa aparecÃa en el paralelismo en contravÃa de las tendencias de los mercados de la producción real y los precios de los valores. HabÃa momentos en que las noticias de los procesos de producción no correspondÃan a los movimientos en las cotizaciones de las acciones de las empresas: el número de los automóviles producidos ascendÃa, pero simultáneamente las noticias sobre los precios de dichos vehÃculos bajaban; y asà ocurrÃa a la inversa en el perÃodo siguiente reflejando una falta de armonÃa entre estos dos aspectos fundamentales de la producción y la venta de los carros.
Y este fenómeno se reproducÃa en los demás sectores de la economÃa sin que los casos en que hubiera una coincidencia en estos procesos permitieran concluir que vendrÃa una subsiguiente etapa de orden.
Obviamente habÃa excepcionalmente etapas de la producción que reflejaban perÃodos de orden coincidentes con las ventas de los bienes respectivos. Este es el proceso real, sin que la casual coincidencia de algunos sectores que mostraban simultáneos periodos de expansión o de caÃda entre estos dos ramos de abastecimiento de los mercados indicaran periodos de normalidad y a la inversa etapas de desajuste.
Estos manejos de desajuste explican los perÃodos de expansión o contracción de las economÃas; precisamente por pretender maniobrar sobre ellos se cae en etapas de insuficiencia del estado, para mejorar o hacer más difÃcil el manejo de la economÃa.
Los movimientos de precios de las acciones y valores en las bolsas no son siempre el reflejo real de los procesos económicos. Estos pueden acelerarse o demorarse como le convenga a los gobiernos de los respectivos estados según sea la situación de sus paÃses. Pero la situación real de una economÃa no se modifica en el largo plazo con simples alteraciones en la curva de las cotizaciones de la bolsa; estas reflejan el clima de cada momento, pero las tendencias a largo plazo son el resultado del conjunto del proceso productivo. No hay que confundir los fenómenos inmediatos con las tendencias a largo plazo que pueden llegar a configurar los verdaderos ciclos económicos.
La economÃa de un paÃs no se enriquece ni se empobrece cuando se producen ciclos de alza o de bajas en las cotizaciones de las bolsas de valores. Estos movimientos pueden enriquecer o empobrecer a algunas personas o grupos limitados de inversionistas. El verdadero enriquecimiento global se produce cuando se presenta un crecimiento de PIB medido en función del número de habitantes. El ingreso per cápita y sus cambios de un perÃodo a otro pueden mostrar en mejor forma estas etapas de enriquecimiento de una economÃa. Los cambios en el producto per cápita es uno de los mejores termómetros para medir lo que está pasando en una economÃa en términos de si esta avanza o tiende a paralizarse. En cambio las alzas en las cotizaciones de los valores bursátiles producen una situación transitoria de optimismo económico que solamente viene a consolidarse si esto se proyecta en aumentos reales de la producción.
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