Balance cultural de 2011, una frustración más para los tolimense

El balance cultural para Ibagué y el Tolima desde la perspectiva de los organismos oficiales responsables de su promoción, una vez más deja en entredicho su gestión a decir del Director Departamental de Cultura Miguel Salavarrieta, como la de la señora Ángela Viviana Gómez al frente de la Secretaria de Cultura Turismo y Comercio de Ibagué.

En el primer caso, Salavarrieta queda con el triste récord de haber ocupado continuamente durante cuatro años el gobierno departamental sin haber consolidado una sola iniciativa propia ni del sector cultural, que en cambio sí queda gravemente lesionado por su incapacidad de gestión, de apropiar apoyos y recursos que incluso fueron prometidos y nunca llegaron.

Quedarán en su récord burocrático para citar solo dos perlas, el haber editado senda publicación literaria en el pretendido reencauche que muchos quisieron hacer a Alberto Santofimio y seguramente investigaciones en las que deberá aclararse qué pasó con recursos de la estampilla procultura que son para destinación exclusiva en proyectos del sector cultural y que fueron desviados por el gobierno departamental para fines diferentes, por lo cual quedaron sin apoyo muchos proyectos de obligatorio cumplimiento en la agenda cultural departamental.


Queda claro por qué la costumbre de los mandatarios de atornillar comodines que no tienen arraigo por la cultura, compromiso con el gremio, que prefieren guardar silencio cómplice ante las anomalías, a fin de preservar su silla burocrática.


En el ámbito de la cartera cultural de Ibagué la exreina municipal Ángela Viviana Gómez, queda muy mal representada por el superficial maquillaje a base de eventitis y ningún proceso serio en su periodo, que den cuenta del reclamo comunitario de hacer efectivo el derecho y disfrute cultural en el seno de las comunas y los barrios de la ciudad mediante la activación de escuelas, talleres, centros y comités culturales permanentes y continuados exigidos por el gremio y reclamados en los planes de desarrollo cultural.     


En cambio, sí se prefirió la burda tercerización de la contratación cultural con criterio de favorecimiento a amigos, y favores políticos, llegando incluso al plano familiar con uno de sus hermanos de quien se dice dirigió el proyecto Esquinas Culturales.


Con esta perversa figura de detrimento del erario público, la señora Gómez ha conseguido en su administración inaugurar en el ámbito cultural la mala práctica de la subcontratación tan utilizada por la politiquería local, dando como resultado la baja remuneración de artistas y trabajadores culturales con la correspondiente pérdida de calidad de la obra y el impacto de la actividad ejecutada.


Lo que sí se destacó en el reinado de su secretaria fue el desfile de gestores, creadores y organizaciones culturales con sus proyectos e iniciativas que obtuvieron un permanente “no hay recursos”, y sin embargo, sí hubo para la guachafita que para el caso del concierto de Maelo Ruiz, costó más de doscientos millones de pesos y para el gasto injustificado en  nóminas paralelas de entidades que no están operando como la escuela Efac.


Ambos representantes también dejan un lamentable registro por haber desconocido la Ley de Cultura frente al impulso de los Consejos de Cultura, los que fueron medianamente constituidos y manipulados para aparentar ante el Ministerio de Cultura su operatividad, cuando de lo que se trata es de dar a estos entes la fuerza de organismos decisorios y de cogestión para lograr la participación comunitaria real y con calidad de decisión.


Estos casos dan muestra de la enorme lesión que nuestros mandatarios producen al proceso cultural, al permitir la imposición en estos sensibles cargos para el nombramiento de personas por parentesco familiar, amiguismos o allegados a dirigentes o directorio políticos.


Esperamos muy inquietos en el sector cultural que los nombramientos en estas carteras tengan el talante de independencia y compromiso suscritos en épocas de campaña con los doctores Luis Carlos Delgado Peñón a la Gobernación del Tolima y Luis H. Rodríguez a la Alcaldía de Ibagué por parte del colectivo y Red tolimense de Cultura, en el Pacto Ciudadano por la Cultura, ideario que recoge un amplio ejercicio, conceptuado y consensuado en el sector, que tiene como propósito dar una nueva dimensión a la cultura, como motor de un nuevo enfoque al desarrollo humano y de las inmensas posibilidades de la región para despegar al crecimiento con la gran riqueza ancestral, patrimonial, arquitectónica, natural, paisajística y ambiental, ante el país y el concierto internacional.


Presidente Corcultura

Credito
ÉDGAR VARÓN OVIEDO

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