Y todavía les creen

Con gran alborozo de muchos, se registró el manifiesto expreso de las Farc, anunciando que ya no habrían más secuestros.

Esto, a no dudarlo, llevaría al corazón de los colombianos una gran tranquilidad. Voces perplejas mostraban como sería de nuevo otro de sus engaños. Dicho y hecho. Pocos meses pasaron para mostrar la realidad de sus “buenos propósitos”. Secuestraron a un periodista francés, que en su labor de informar al mundo las realidades que vivimos, estaba comprobando cómo las Farc sí están inmersas en el narcotráfico. En la tarea de destruir laboratorios de coca, las Fuerzas Armadas de los colombianos llevaron representantes de medios de comunicación, para comprobar de primera mano las andanzas de estos señores.

Apenas obvio, pues de la misma manera se han llevado a registrar las masacres en los pueblos, el asesinato de policías y soldados, las voladuras de torres y oleoductos, como también las tareas en las cuales están seriamente empeñadas las Farc, como es su vinculación en el control, producción y comercialización de la coca.  

Aunque lo comentado ya es un refrito y apenas se conocen las intenciones para devolver al periodista francés Roméo Langlois, después de intentar mostrar otra cara al mundo de lo acontecido, resolvieron adelantar un proceso de entrega en donde muy seguro habrá de nuevo tribuna para Piedad Córdoba, y desde luego echar mano del nuevo Gobierno de Francia, en procura de la agüita milagrosa para lavar imagen.

Pero ya el daño se lo han hecho ellos mismos. El mundo entero tiene que estar consciente de que más que los Robin Hood de antaño, ahora no son más que uno de los más grandes carteles del narcotráfico y el terrorismo. Veo que existirá dificultad en el propósito de paz que pueden estar proponiendo sectores de las Farc y del Gobierno. La estructura de este grupo al margen de la ley corresponde a frentes con mucha autonomía y si la jefatura es colegiada, habrá sectores muy interesados en el dinero fácil que les da buena vida a quienes tienen el mando. Por eso una de las mejores estrategias es la invitación a la desmovilización de quienes no tienen privilegios y son también parte de los grandes secuestrados de este país.

De otra parte, la ley en curso para facilitar el posible proceso de paz ya tiene muchos enemigos de derecha e izquierda, así como la ONG Human Rights Watch. Ya Vivanco prendió sus alarmas y como gran curiosidad se encuentra del lado del expresidente Uribe, siendo uno de sus más grandes contradictores. Además, del otro lado, de la Corte Penal Internacional se esperan sus objeciones por los compromisos suscritos con el Estado colombiano.

De toda suerte, los señores de las Farc se encuentran en el ojo del huracán y más pronto que tarde deben resolver el problemita del periodista que los desenmascaró de nuevo.

Credito
LUIS ERNESTO RUIZ CARDOSO

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