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No se ha tomado conciencia aún del camino a la verdad, dentro de los acuerdos de La Habana, y de lo que se encargó de dirigir el Padre de Roux en la Comisión de la Verdad; bien lo dijo hace unos días en TV, manifestó que esa no era toda la verdad; lo digo porque los mamertos reaccionan de inmediato, si uno dice que el resultado del informe hasta ahora es la verdad a medias.
Y me pregunto, si él lo manifiesta abiertamente ¿por qué lo están llevando a la juventud en escuelas y colegios, si solo está la parte en la que muestran al Estado como el promotor de la barbarie?, queda pendiente de contar toda la maldad de los grupos subversivos, quienes primero crecieron con ideas de cambio y luego se transformaron como delincuentes y narcotraficantes, donde la extorsión, el secuestro, la incorporación de los niños a la guerra; de lo que fuimos testigos, lo que los jóvenes incrédulos llaman hoy los adultos mayores; no solo fuimos testigos, sino víctimas de unos seres que hoy se han transformado en los buenos de una sociedad.
Preocupa, cuando vemos como una orden del primer mandatario, habla en sus discursos de suspender los ataques aéreos a los bandidos, los que ahora tienen patente de corso para protegerse con los niños.
Yo no tengo la menor duda que tenemos que caminar hasta encontrar la paz total y se debe valorar la vida y no la muerte. Es claro que es necesario enderezar los tramos oscuros del pasado. Pero hay pasos que preocupan y oscurecen el futuro.
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