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Llama a la calma y a no generar pánico entre la población con una mano, mientras que con la otra, agita las banderas de guerra para acabar con las EPS sin oír argumentos técnicos, ni mucho menos a los colombianos que en todos los tonos se han expresado mediante diversas encuestas diciendo mayoritariamente una y otra vez que no quieren que acaben con sus EPS.
La Ministra, con un pobre manejo de los escenarios que no le son favorables, ha optado por convertir los problemas que debe administrar y que no resuelve en confirmaciones de su tesis. Si no hay medicamentos, no es porque el Invima tenga miles de trámites atrasados y una regulación débil o porque haya problemas de abastecimiento a nivel mundial, sino porque el sistema colapsó y debe hacerse una reforma estructural que acabe las EPS. Lo propio pasa con las vacunas de la viruela del mono que siguen sin llegar y ella sin enterarse que el asunto es su responsabilidad.
Tal vez lo que más llama la atención es la frase que ha usado en varios escenarios en donde afirma que ella no está acabando con las EPS, sino que se están acabando solas. No Ministra, usted las está asfixiando. Es su responsabilidad garantizar la sostenibilidad del sistema de salud y de eso no hemos visto nada.
No sólo va al congreso a pedir menos recursos para el sector salud sino que la adición que se hace en el trámite del presupuesto la dedica a propósitos nobles de ampliación de infraestructura, pero deja desfinanciado el sistema de aseguramiento, léase EPS, buscando acorralarlas y debilitarlas para que, cuando llegue la tan anunciada reforma al Congreso, no tengan aire y prefieran deponer las banderas del aseguramiento al verse asfixiadas por las deudas y la persecución de un Superintendente de Salud que ha tomado partido y que lejos está de ser un juez neutral.
Se trata de una profecía autocumplida, en donde, parafraseando a la Ministra, hay que generar la crisis para promover una reforma estructural. Señora Ministra, la felicito lo está logrando, pero lo que no se está dando cuenta es que de paso está poniendo en riesgo la salud de millones de colombianos y que ese derecho fundamental que usted tanto evoca está en riesgo, gracias a su gestión. Ojo, con la salud no se juega.
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