Es aquella percepción de la realidad – en términos de seguridad ciudadana -, los temores, miedos o, por el contrario, la tranquilidad y fortaleza que una persona puede tener en cualquier entorno, como una comunidad, su barrio, su cuadra o un poblado.

Como policías, podemos contribuir a mejorar esa percepción, inicialmente siendo consientes de que la seguridad es una sumatoria de circunstancias, entre las que se cuenta el componente subjetivo. Luego, tendremos que saber cuáles son esas circunstancias, situaciones o cosas que inciden en el sujeto (persona), para que “sienta” o “perciba” un ambiente seguro o inseguro.

Las causas que generan una acción ilícita, no siempre están relacionadas con las medidas de prevención y operativas que desarrollan las autoridades, toda vez que hacen parte de un conjunto de elementos confluyentes de corresponsabilidad entre la Fuerza Pública y las autoridades político administrativas, sumado a los factores exógenos que inciden en la problemática delictual de una región.

No obstante, es prudente tener en cuenta algunos factores que facilitan la comisión de hechos punibles, donde un gran número de delitos, se realizan debido a la oportunidad que se presentan para cometerlos y que la víctima juega un papel importante como facilitador del delito, en el sentido de que motiva la oportunidad para su realización.

Un ejemplo claro, son las medidas de seguridad que se adoptan en el lugar de residencia al realizar un viaje, donde sus habitantes, no dejarían puertas o ventanas abiertas por que existe un CAI cerca a éste.

La víctima es el sujeto que percibe la agresión (real o imaginaria) y que es proporcionada por una amenaza. Por lo tanto, la víctima termina siendo la mayoría de las personas.

La amenaza es aquella que realiza la acción delictiva o contravencional, es decir, es el agresor, quien genera miedo o sensación de inseguridad en las personas. Aunado a ello, el entorno, lugar físico y cultural donde pueden encontrarse víctima y amenaza y, sin duda, juega un papel muy importante en la percepción.

La Policía Metropolitana de Ibagué, viene trabajando fuertemente en mejorar la seguridad subjetiva, tendiente a aumentar los niveles de aceptación de la comunidad, generando confianza y credibilidad de los ciudadanos a través de sus diversas estrategias que vinculan directamente a los ciudadanos a través de sus líderes comunitarios, quienes son los multiplicadores de conocimiento en materia de seguridad.

Es así, como hablar de seguridad podría ser más sencillo que su propia aplicación, y donde cada individuo, contribuyera a cerrar espacios que facilitan la acción delictual, la percepción de seguridad mejoraría sustancialmente, convirtiendo a la región metropolitana en un territorio de paz.