los cuales en ocasiones justificamos como una constante búsqueda de identidad, por supuesta necesidad de sobrevivir en el ambiente o por un determinante ausentismo familiar, donde confluyen escenarios de total abandono, descuido, violencia intrafamiliar, desprendimiento moral, ético y de valores, pobreza mental y económica, consumo de sustancias alucinógenas, entre otros aspectos, que concluyen en la descomposición de muchos NNA, que de no ser atacada desde diferentes flancos, avizora un panorama preocupante en el futuro de nuestro país.
Este escenario, me induce a realizar una reflexión sobre lo que podría estar sucediendo con nuestros NNA, iniciando con la mala interpretación de éstos sobre sus derechos y deberes, permitiendo inferir su desorientación de la libertad hacia el libertinaje con indisciplina, fortalecido con la irresponsabilidad de algunos padres que evitando generar un enfrentamiento con ellos, permiten conductas caprichosas que conllevan en algunos casos a la comisión de delitos, siendo el consumo de estupefacientes una preocupante constante; situación que podría ser detectada y controlada a tiempo desde el ambiente familiar, pero permeada por el desinterés de los adultos encargados de su educación, dejando en evidencia la primera vulnerabilidad social en el hogar, La Comunicación.
Claro está, algunos aducen que se comunican constantemente con sus hijos, pero hacen referencia al método del Black Berry, Facebook, Messenger, entre otros, olvidando la esencia de la comunicación personal donde el emisor y receptor interactúan directamente expresando un mensaje claro y de interés para la resolución de conflictos, generando espacios de intercambio de soluciones a un problema que abruma a nuestra sociedad, La Desintegración Familiar.
Un dicho popular indica que “se aprende a ser hijo, cuando se es padre, y padre, cuando se es abuelo”, pero en esta sociedad cambiante y evolutiva con tanta velocidad, no se puede esperar a pasar estas etapas, todas vez que el continuo aprendizaje de respeto de las libertades de las personas, siempre serán un espacio que deben ejercer los padres sobre sus hijos, enalteciendo los principios de igualdad, religión, raza, condición social, como ingredientes de una comunidad que clama una juventud enérgica, inteligente, despierta, participativa, proyectiva, toda vez que los NNA de hoy, serán nuestros líderes del mañana, dejando evidente otra debilidad de esta generación, la falta de Conciencia.
Destaco, las situaciones que vinculen a niños, niñas y adolescentes, en contextos de riñas y/o delitos, deben ser canalizadas a través de la policía de infancia y adolescencia, garante de hacer respetar los derechos de la niñez, contemplados en la ley de infancia; no obstante, llamo la atención sobre la directa corresponsabilidad de los padres, quienes deberían estar en procura de saber dónde, con quién y qué están haciendo sus hijos en cada momento, permitiendo evitar la aparición de síntomas que los desvié por el camino la licitud.
Invito inicialmente a los padres de familia, seguido de los educadores, líderes espirituales y todo adulto en capacidad de razonar a multiplicar los conocimientos frente a la orientación de los NNA, generando espacios de diálogo que fortalezcan la comunicación, alimentando esa semilla de interés en los corazones en cada hogar que evita la desintegración familiar, contribuyendo a la generación de conciencia de nuestros NNA, para que no confunda el sentido de la libertad con el falso libertinaje, es nuestro compromiso como Policía nacional, es su compromiso como ciudadano, en procura de un beneficio común, salvar a nuestros jóvenes de ambientes criminales o mal intencionados que corrompan su desarrollo personal. Comprometidos todos, lograremos una mejor ciudad, una mejor región, un mejor país.
Comandante Policía Metropolitana de Ibagué
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