PUBLICIDAD
Es quizás el más ambicioso de los eventos en la historia del salón nacional, que comenzó en 1940 inspirado en el modelo de los salones franceses del siglo anterior; que era una exposición de artistas seleccionados que competían por premios y reconocimiento, y que durante décadas sirvió para decir quien era quien en la plástica del momento.
A partir de 1987 dejó de hacerse exclusivamente en Bogotá. Poco a poco perdió premios, clasificaciones por técnicas, y en este siglo evolucionó hacia un evento complementado con publicaciones, talleres, residencias de artistas, comisiones de obras, laboratorios de creación, encuentros de artistas e invitaciones a creadores extranjeros. Transformaciones que lo han convertido más en una Bienal Internacional de Arte Contemporáneo que en lo que representa su viejo nombre decimonónico.
Los artistas, elegidos anteriormente a dedo por uno o varios jurados de selección, hoy llegan al salón por diferentes caminos, curadurías por concurso del Mincultura, convocatorias abiertas a los artistas de acuerdo con el tema propuesto, curadores invitados que elaboran curadurías asimétricas y por supuesto, los invitados principales que le dan un peso específico a cada evento.
En Ibagué la muestra tendrá tres escenarios: una instalación en el Museo del Panóptico, donde comienza esta noche el recorrido de la inauguración oficial, las salas de exposición del Banco de la República, y el Museo de Arte del Tolima, donde los museógrafos han realizado un trabajo espectacular que va a sorprender ampliamente a los visitantes.
Vinieron artistas como la chilena Patricia Domínguez, presente en las bienales Whitney Houston de Nueva York y la de Gwangiu en Corea, el brasilero Marlon de Azambuja que ha participado en bienales de La Habana, Cuenca, El Cairo y Cleveland, al lado de artistas colombianos de reconocida trayectoria como Alberto Baraya, que ha estado en la Bienal de Venecia, la de Berlín y Shanghai entre otra decena de bienales internacionales. Nadia Granados, Sebastián Múnera, y otro selecto grupo de artistas, completan una selección que dará mucho que hablar entre el público que nos visite.
Después de Ibagué se inaugurarán las exposiciones de Honda y Mariquita que son algunas de las 23 sedes donde el salón tendrá presencia en este macro proyecto que se había soñado el doble de grande, pero que contó con menos presupuesto, entre otras razones por la ley de garantías y el paso paquidérmico de una parte de la burocracia cultural. Una presencia diseñada principalmente para los territorios y su gente, pues como confiesa Jaime Cerón Silva, el director artístico del 46 salón, seguramente solo los museógrafos y montajistas, que han estado en todo el proceso, van a tener la suerte de ver completo el trabajo de los más de 180 participantes. Pero también es una invitación amplia a que se visiten rincones y lugares que junto al majestuoso fluir del inaudito Magdalena, entre subiendas, olvidos y pesares, han construido nuestra historia y modelado con agua y barro nuestra Nación.
Comentarios