Elevando globos

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Con la conquista se inicia el robo de tierras a los aborígenes utilizando la violencia. La Colonia sirvió para que predicadores, encomenderos y autoridades trabajaran en llave utilizando la violencia para despojar de sus tierras a indígenas, afrodescendientes y criollos pobres. Tierra, esclavos, terrajeros y la bendición de los predicadores significaban apoyo de las autoridades, aun con falsos positivos, para incrementar la extensión de lo robado. Hasta la traición les ayudó, como en el caso del Tolima Grande, donde el cacique de los Tuamos, cerca de Coello, traicionó a los Pijaos.

El Movimiento Comunero dejó otra lección que cobra actualidad. Los comuneros –mayoría campesinos- comerciantes, terrateniente y lagartos se reunieron con el arzobispo Virrey, el gobierno y firmaron las capitulaciones que de inmediato comenzaron a ser violadas. José Antonio Galán deserta y viaja al llano del río Magdalena, organiza tropa con campesinos, se toma a Honda sin entrar al pueblo y avanza hasta Mariquita donde sube hasta la mina Malpaso, en donde realiza la primera liberación de esclavos de América.

Posteriormente viajó a Ambalema y de allí a su tierra a tratar de revivir el movimiento. Gracias a la traición de un antiguo compañero fue apresado y luego descuartizado. Un ejemplo de traición dobletiada lo dio Simón Bolívar quien fue reclutado por Francisco Miranda para la lucha independentista y para la masonería. En la batalla de Puerto Cabello, Bolívar salvó su pellejo entregando a Miranda, su mentor y jefe. Miranda fue llevado preso a España a morir en una cárcel después de recibir información sobre los gobiernos de la Nueva Granada y soltar su famosa frase: “Que gobiernen las putas, que ya conocemos sus hijos.”

Aquí, entre nos. El primero que habló de liberación de América fue un cura español que regreso exiliado a su patria de donde fue desterrado a Italia. Luego, de incógnito en Londres, 1781, comenzó a hacer contactos con diplomáticos pidiendo ayuda para la liberación que venía proponiendo en su “Carta a los españoles americanos” que distribuía desde antes de regresar a España. La carta de Juan Pablo Vizcardo fue entregada por un diplomático de los Estados Unidos a Miranda, en 1798, después de la muerte del cura.

El grito de la independencia no pasó de ser un bochinche de comerciantes y latifundistas que dio origen a guerras por el poder y los diezmos. Con la corrupción ya galopando llegamos a Manuel Quintín Lame, quien amarrado de pies y manos era conducido a la cárcel de Popayán y fue golpeado por el Maestro Valencia, valentía de la cual dejó huella, y al pasar por el Huila le toca correr con sus compañeros al enterarse que el Secretario de Gobierno Departamental había dado la orden a la policía de dar de baja a los indígenas.

Este funcionario tenía de que arrepentirse cuando murió como San Anselmo de Santa Quitelia. Quintín Lame llega al Tolima, organiza a los indígenas y establece su sede en Ortega, pueblo que en esos días ya estaba lleno de tinterillos especializados en el robo de tierra de los indígenas. La rumba sigue y se baila sobre el futuro de nuestros ancestros.

Y caminando por entre los abrojos encontramos el narcotráfico controlando todos los estamentos del país, incluyendo gobierno, justicia, política, armados ilegales, el comercio y el sector agropecuario. Eso es lo que estamos viendo. Mucha carreta sin ponerle atención al problema de la tierra y del futuro del campesino. No miremos alrededor para no asustarnos.

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