El “Comandante” Gonzalo Palomino charló con su amigo Héctor Villarraga, exrector de la UT, la semana anterior a su fallecimiento y entre las cosas que comentaron, Héctor recuerda que le dijo: “Sabíamos del desastre ecológico que se venía, pero nunca imaginamos que fuera tan rápido. Tenemos que organizarnos para defendernos de quienes quieren acabar con nuestra tierra y el planeta. Hagamos algo que nos están jodiendo y nadie protesta”. Murió pensando en el tema al cual dedicó su vida incluyendo la formación de un buen grupo de profesionales -entre ellos Mario Vera y Boris Villanueva- que seguirán los pasos del gran ambientalista, fundador de La Comuna y divulgador de La Putería.
Palomino habló y escribió mucho desde hace más de 40 años, sobre calentamiento global, contaminación de las ciudades, daño a la capa de ozono, pérdida de los recursos hídricos, deforestación y quema de bosques, daños a la fauna y a la flora, peligros de los agroquímicos, daños irreversibles de los extractivistas, contaminación de los ríos y pérdida de peces, falta de educación ambiental y muchos otros problemas causados por el hombre sobre su propia especie, que se traducen en malformaciones de los fetos y numerosas enfermedades. El hombre lucha desesperadamente por destruir la naturaleza, su medio de vida y esto, sin duda, es una forma de suicidarse y perjudicar a las nuevas generaciones.
La privatización del río Magdalena sin tener en cuenta a los ribereños, ha generado robo de dineros del Estado –de los contribuyentes -, daño irreparable a la producción de pescado fuente de alimentación y de trabajo de miles de colombianos. El convertir ciénagas y humedales en tierras para ganado se volvió normal, sin importar el daño a la fauna nativa y el trabajo de los pescadores. La construcción de represas, pensando solo en intereses económicos, sin considerar los perjuicios ambientales, económicos y culturales a la región afectada, son solo unos pocos ejemplos de lo que está haciendo el hombre para acabar con la vida.
¿Quién ha estudiado, por ejemplo, los daños económicos, ecológicos y culturales causados a las comunidades indígenas perjudicadas con el despelote del Triángulo del Tolima?. Caminando por el vecindario y siguiendo con el tema, encontramos el descarado robo y venta de lotes del Jardín Botánico de Mariquita, sin castigo a los responsables del negociado y la legalización del daño a este patrimonio ambiental y cultural. Por qué nadie ha sido sancionado ni responde por los daños causados por las fugas de petróleo en la vereda San Diego de Purificación? -daño del carreteable, secado de las quebradas Guadalejo, El Tigre, La Arenosa, La Isabela y el cierre de los pequeños estanques para cultivar peces que muchos campesinos tenían para mejorar su alimentación y mejorar sus ingresos.
Se le pone la tapa al congolo con Galilea, patrimonio ambiental ejemplo del mal manejo del Estado. El sitio fue noticia por los bombardeos en la época de la violencia que tanto enriqueció a muchos de nuestros prohombres. Los destacados del listado de los primeros depredadores son nada menos que Álvaro y Enrique Gómez Hurtado. Se sabe que la UT, la que tiene en su Consejo Superior un comprometido por su plagio de tesis, se ganó sus hectáreas con una investigación científica hace muchos años. Que son muchos los vividores que lagartean proyectos sobre temas desconocidos. Dizque hasta arriba Colombia una corporación chanchullera dirigida por Ligia y un tal Boris, quiere meterle uña. Son vainas normales cuando la mayoría hace esfuerzos por destruir la naturaleza, su vida y el futuro de las nuevas generaciones. Nos despertamos o caminamos a un suicidio colectivo.
Ñapa.- Una columna en este diario fue utilizada para promover una reunión en la vereda Santa Lucía de Purificación, para hablar sobre las fugas de petróleo en San Diego. Allá se aparecieron unos mandaderos de politiqueros que, sin conocer la región ni el mensaje a dar, aprovecharon la citación para hacer el papel de siervos dirigidos por un personaje que muchos creían con overol a rayas.
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