Salimos del Mundial de Fútbol y de la Vuelta de Francia para volver a la politiquería y continuar con la polarización recargada de odios, mentiras, insultos y deseos de venganza. La conciliación no cuenta para quienes se han beneficiado con la violencia y la necesitan para sostener su vida política y asegurar la impunidad, así sea utilizando mentiras secretas.
En medio de este ambiente y algo de humedad, asumió la presidencia el candidato de quien algunos llaman el presidente eterno. Una ceremonia que contó hasta con la presencia del exfiscal Luis Camilo Osorio, el 8.000 Samper y el ex presidente Pastrana sin babero.
Faltó que hubiesen invitado, para acompañar a este trío al entetado ex (?) magistrado Bustos, al exaspirante a la rectoría del Externado Saludcoop Montealegre; tampoco se dejó ver Invercolsa Londoño, pero su ausencia la llenó el supuesto presidente de una asociación de portadores de títulos chimbos, que llegó congestionado con su deyección intelectual y ganas de venganza, haciendo una demostración de la cultura política que se nos viene.
Su arrume de títulos le impidió apreciar lo que ha significado para el país el Proceso de Paz. Miles de vidas salvadas, tranquilidad en muchos sectores rurales anteriormente afectados por la violencia. Apoyo mundial al proceso, que no le quedó grande a quien ganó el Premio Nobel de Paz, algo que no perdonan los que fracasaron en el tema. Ese logro es suficiente para que el Macías, se hubiese dirigido al legado de Santos, en otros términos. Pero como decía, mi abuelo: “no se le pueden pedir peras al olmo”.
Duque tiene la oportunidad de unir a los colombianos y con mayor razón si le mete mano dura a la corrupción. Si logra éxito contra la corrupción sería un gran logro, así salgan corriendo muchos de los uribistas y tome forma el Duquismo.
El país espera mucho del nuevo presidente que ojalá ponga a la clase dirigente del Tolima a trabajar por su Departamento, que los despierte a ver si se unen para dejar de pensar en sus intereses personales para pensar en su tierra:
Hay muchas obras pendientes: Triángulo del Tolima, salvación del Bosque de Galilea, la Ruta Mutis que no incluye el Real de Minas El Sapo (Valle de San Juan) sitio donde nació la Expedición Botánica, la Casa Inglesa de Ambalema cansada de recibir auxilios para su rescate que nunca llega, la Banda Sinfónica del Tolima, la Coral Ciudad Musical y el pésimamente mal administrado Festival Folclórico Colombiano, el Amina Melendro, el Corredor de Arte Rupestre Alpujarra, Dolores-Prado –Purificación, para solo dar unos ejemplos. Esperemos que el presidente dé los primeros pasos, que la oposición aproveche la oportunidad y que el Duquismo tome forma.
Comentarios