Insoportable la carreta de los que quieren comercializar hasta la respiración de los muertos y el ruido del silencio. Promotores vendiendo con descuentos remedios que lo curan todo sin tener licencias y sin que los organismos de control abran el pico. Politiqueros que no se cansan de prometer para después de hacerle pistola a elector, guardarse todo lo robado. Académicos hablando de la economía naranja sin entender lo que es cultura, el sentido de pertenencia y el amor por lo propio y sin ni siquiera pensar que lo espiritual no es mercancía de rebusque al mejor postor. Predicadores con o sin púlpito disparando verbo incendiario contra quienes no comulgan con sus estupideces y no cumplen con el pago de diezmos. Funcionarios que llegan a los cargos a robar dineros de Estado, predicadores insertos en la Simonía, a pesar de ser condenada por la Biblia y la legislación eclesiástica, que venden milagros, talismanes y sanaciones, de lo que sea, llegando a ofrecer descuentos especiales para la reparación de virgos averiados, y paseos a sitios milagrosos con descuentos especiales para menores de catorce años.
Se ha vuelto normal desconocer el valor de la palabra, como lo pueden demostrar el senador Álvaro Uribe y su grupo de choque que no incluye a Popeye para no compartir oratoria con la paloma que ha dejado descansar a los monumentos de Popayán, ahora que el comportamiento ético de un funcionario lo define una votación amañada y que las promesas van y vienen sin preocupación por cumplirlas como se hacía cuando la palabra era una escritura. Lo acordado en La Habana se está convirtiendo en un teje-maneje con cortinas de humo para darle un entierro de tercera y darle gusto a los que le tienen miedo a la verdad y tanto se beneficiaron con la violencia.
La verdad es lo que más quieren las víctimas y necesita el proceso de paz. Pero no es solo la verdad que se le exige a los que entregaron las armas y nada se intenta con los que patrocinaron la violencia para favorecerse económica y políticamente. Las promesas de cero corrupción y el mandato popular contra ésta, está en cuidados intensivos y con dolientes en el congreso que consideran ese mandato perjudicial a sus intereses. Tienen mucho para hacer pero les falta ganas. Unos ejemplos: Hidroituango, el Guavio, Foncolpuertos, Dirección Nacional de Estupefacientes, Reficar, el Triangulo del Tolima, Saludcoop, Fidupetrol, Odebrecht, Plan Alimentario Escolar, el 8.000, lo actuado por Luis Camilo Osorio como Fiscal, el agua para la Guajira, las obras de los Juegos Atléticos Nacionales en Ibagué, los asesinatos de líderes sociales y los miles de elefantes blancos en todo el país. Mucho para hacer con el respaldo de la ciudadanía, mientras quien propuso las pistolas eléctricas para enfrentar estudiantes, ahora como embajador respalda la intervención militar en Venezuela, país que le colaboró a Colombia en el proceso de paz.
Y mientras tanto la carrasquillada de impuestos sin compasión, que además de afectar la canasta familiar de los más pobres y de la clase media, le asesta un golpe durísimo a nuestros arroceros. Tras de que estamos en los últimos puestos en generación de empleo y crecimiento.
Ñapa.-La Coral Ciudad Musical, templo musical de Ibagué, cumplió 50 años interpretando y divulgando nuestra música gracias al talento, esfuerzo y cariño de sus artistas, entre ellos el Trío Vinotinto integrado por Aníbal Ramírez, Germán Sánchez (cacaotero) y Nixon Peña (docente). Dos décadas en la Coral y participación en el Festival Internacional del Bolero (Cali), los festivales de duetos de Duitama y Neiva y el Mangostino de Oro (Mariquita). Buena imagen para el Tolima y la Ciudad Musical de Colombia. Interpretan magistralmente música colombiana e internacional. Y para los amantes de la buna música grabaron el CD ‘Trío Vinotinto, un trío para el mundo’.
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