Nada está claro en este país a menos de un mes de las elecciones para escoger senadores, representantes y definir quienes serán los candidatos a la presidencia. Lo que vemos cada día no puede ser más caótico. El escándalo de corrupción de cada día supera al anterior y abarca todo el espectro político de izquierda a derecha.
Estas dos últimas semanas han sido de no creer. Primero Ingrid dinamitó la coalición centro esperanza y cuando se creía que las agitadas aguas recobraban su cauce, apareció Merlano con una carga de mayor profundidad. Es indudable que sus revelaciones de corrupción de Alejando Char y familia están teñidas de oportunismo político y que no es difícil adivinar a quienes favorecen, pero tienen el valor de mostrar en su real dimensión lo que es la corrupción en Colombia.
Es la frase más común hoy en Arauca y en todas las regiones donde el Estado Colombiano no tiene ningún control. Esos territorios han sido abandonados a su suerte y allí, el pan de cada día son los muertos y los desplazados. Y ante esta ola de violencia que no cesa y la grave crisis social y humanitaria que padecen, la única respuesta es la militarización.
Es la frase más común hoy en Arauca y en todas las regiones donde el Estado Colombiano no tiene ningún control. Esos territorios han sido abandonados a su suerte y allí el pan de cada día son los muertos y los desplazados. Y ante esta ola de violencia, que no cesa, y la grave crisis social y humanitaria que padecen, la única respuesta es la militarización.
Eso parece ser lo que hizo Ingrid Betancourt al interior de la Coalición Centro Esperanza. Primero, logró integrarse al colectivo afirmando que carecía de aspiraciones a la presidencia y se presentó como amigable componedora, facilitando la conciliación entre sus miembros frente a las lógicas diferencias e impasses que surgían en la consolidación del equipo. Con las riendas de su partido Verde Oxígeno y en aparente actitud de desprendimiento, manifestó que avalaría a varios de los aspirantes, y segura de la confianza que le tenían, sacó las ganas y sin avisarle a sus compañeros, le notificó al país que aspiraba a la presidencia, lo que no despertó ningún reparo por parte de ellos, sino todo lo contrario, respaldo y cariño.
Un año difícil y crucial para el futuro de Colombia es este 2022, porque las decisiones que tomemos pueden significar que comencemos a construir ese cambio que anhelan los colombianos y que sin equívocos, se expresó en todas las manifestaciones y paros a lo largo de los tres últimos años, o por el contrario, que sigamos agravando la inequidad, la violencia que en este país no tiene límites y no da respiro.
El sancocho político no huele bien porque a la olla le metieron de todo y sin reparar su estado; oportunistas, mafiosos, compradores de votos, los que ocultan su pasado judicial y los que se quieren mostrar. Todos los que pisotean los ripios de la democracia y le abren el portillo a la dictadura para donde vamos, con el esfuerzo del desgobierno, que peló el cobre con la brutal represión por parte de la fuerza pública, sobre los manifestantes en las recientes jornadas de protesta.
El 21 de diciembre se presentó en el Teatro Tolima “Soliloquios de Belén” por el Colectivo sin uniforme, organizado por la Maestra Rocío Ríos y su grupo de trabajo cultural. Excelente la presentación con “Bienvenida musical navideña” por violinistas dirigidos por el maestro Carlos Emilio Díaz. Muy buena la escenografía e impecable la actuación del elenco.
La democracia está de capa caída a nivel universal y está siendo sustituida por el mercado y la utilización de la violencia, con la ayuda de dictadores, muchas veces apoyados por gobiernos reconocidos como democráticos. La doble moral siempre está en la jugada con la corrupción que es una pandemia sin vacuna. Colombia sigue la ruta. Durante la pandemia primó el trato preferencial al comercio sobre la salud de los más pobres. Se firmó el acuerdo con las Farc, que le mereció el Premio Nobel de Paz y que dejó resentidos a muchos politiqueros y aparecieron los oportunistas, temerosos de que se conozca la verdad sobre su pasado y el papel que jugaron en desarrollo del conflicto interno. Se fortalecieron las disidencias de la guerrilla, se inició el asesinato de reinsertados y líderes sociales. El paro recibió respuesta violenta que fue analizada por la Comisión de las Naciones Unidas, en un informe sobre la violación de los Derechos Humanos en Colombia que disgustó al gobierno democrático que padecemos y a su fiscal que considera delincuente a quien opine en su contra. De puras vainas no progresó la medida democrática de la censura.
La navidad, por tradición es una celebración de solidaridad y de mucha alegría compartida para los niños. Pesebre, novena, natilla, buñuelos y aguinaldos, pero sobre todo de mucha paz. Claro que no es lo mismo para los desposeídos que se contentan con las luces de las calles , que arrastran su pobreza como la única herencia que les deja la violencia que no los abandona.