Nuestro Chernobyl 2019

Luis Fernando Garibello Peralta

26 de Abril de 1986: La radiación se extendió por toda Europa de manera silenciosa, unas semanas después Suecia detectó elevados niveles de radiación, llamaron a su vecino soviético por si algo había pasado obvio, lo negaron. Luego, otros países europeos notaron lo mismo y se generó tal presión que Gorbachov no tuvo más que contar un mes después, esto ocurrió durante el oscurantismo que era la URSS, secretos que han caracterizado a los gobiernos de ese país, incluso la actual Rusia, donde siguen negando los accidentes ocurridos en sus submarinos y lugares de pruebas atómicas como Severodvinsk recientemente.

Pasaron años antes de que toda la verdad se supiera. La historia cita que este fue el detonante para que tres años después, cayera estruendosamente la Unión Soviética con el advenimiento de occidente hasta la fecha, con los beneficios y daños que ha causado el modelo capitalista y sus desmadres consecuentes.

Lo que está sucediendo en la Amazonía Brasilera es esto, excesos del capitalismo, de concesiones absurdas a muy pocas personas y empresas que amenazan con tener un impacto global, es lo más parecido a Chernobyl 86, solo que los errores de ahora y que tercamente repetimos, tienen consecuencias más grandes, y casi que irreversibles.

Brasil, un país tan cerrado como su bosque, un país gigantesco y poderoso que cambió su rumbo político de manera tan dramática como este incendio que consume sus bosques y que nadie va a poder detener. Brasil que tomó la decisión de votar por un Presidente empujados por la corrupción que carcomía al partido de los trabajadores, al igual que México que votó por un Presidente de izquierda, hastiado del gobierno corrupto de Peña Nieto.

Esto no es precisamente de izquierdas o derechas, la gente enloqueció y quiere que las cosas cambien sin tomarse un segundo para analizar las consecuencias de llevar al poder a “cualquiera”, el eterno dilema del libro de los Jueces en la Biblia: Los árboles buscan un rey.

Si el mundo se uniera de una vez por todas para evitar el colapso inminente de nuestra destrucción, a Bolsonaro deberían imputársele crímenes de lesa humanidad, la selva amazónica de Brasil, de Perú, de Colombia en el que avanzan hordas de grupos ilegales: Minería, narcotráfico, tráfico de personas y Ecuador si bien pertenece a cada país, no debería usarse al libre albedrío de cada mandatario, pues son regiones que preservan la vida en todas sus expresiones: naturaleza abundante y termostato del clima del mundo, tribus ancestrales, expresiones culturales, alimentos y plantas medicinales por montones.

Si cada estado decide hacer lo que se le ocurra, con sus ríos, sus bosques, animales y personas, sería castigado drásticamente, sufriría escrutinio mundial como en su momento a Hitler cuando se le combatió porque sus actuaciones pusieron en riesgo a la humanidad entera.

Por supuesto, el mundo y digo todos los países en especial los industrializados, están en mora de aportar recursos para preservar estos entornos, así se sentirían hoy con más autoridad para hablarle al Presidente Bolsonaro con autoridad, no como tímidamente lo sugieren para la vitrina que dan los medios de comunicación.

Se ha comprobado de manera científica, que lo hecho en favor de la Amazonía nos beneficia a todos los humanos (aunque pareciera sonar egoísta con los animales, pero ellos son Amazonía también), así mismo, lo que se haga en su contra como viene sucediendo ante los ojos del mundo, perjudicarían a todos, así se encuentren al otro lado del planeta. Creo que esta tragedia dejará por supuesto enseñanzas, espero deje no solo consecuencias.

Posdata: Nuestro Pulmón Tolimense: El Bosque de Galilea, reclama de todos, nuestro interés y defensa.

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