¿De cada tres tolimenses, cuántos son campesinos? Y del total de los municipios del Departamento del Tolima, ¿cuántos son rurales? Al igual que en el análisis socio económico nacional ya citado, dichas respuestas nos pueden orientar en conocer el impacto real del sector rural sobre la economÃa regional, y obvio, sobre propuestas serias de desarrollo integral para le región.
Y, más aún, cuando varios sectores de la sociedad tolimense han planteado el falso dilema del desarrollo regional a partir de privilegiar la minerÃa sobre las actividades agrÃcolas, en un planteamiento igual al que se ventila nacionalmente, sobre el uso del suelo. Es decir, pasar serenamente de la condición de terratenientes a inversionistas en minerÃa. Pero, allá en lo alto, en la cúspide social, bien alejados del pueblo.
A nivel nacional, el debate gira alrededor de la primacÃa de la minerÃa (5.8 millones de hectáreas) sobre las dedicadas al agro (4.9 millones de hectáreas), aunque algunos conocedores del asunto –como el exministro Rodado- sostienen que la verdadera competencia para la agricultura, es la ganaderÃa extensiva y no la minerÃa.
De todas maneras, lo que ha quedado históricamente claro hasta hoy, es que ni la ganaderÃa extensiva (que no genera empleo, riqueza social, ni tributos) ni tampoco la minerÃa (que destruye fuentes de agua y suelos) han sido motores de desarrollo integral para la nación, y menos para el Tolima.
Sin embargo, lo evidente, es que la clase dirigente regional, al igual que la nacional, parten de una concepción más que de desarrollo, de crecimiento económico, alejada de considerar dentro de sus variantes impulsoras –esa sà de desarrollo integral – el factor humano (el campesinado) y el problema de la democratización de la tenencia de la tierra, para no hablar de la riqueza.
Por ello, en el Tolima, aún –¡quien lo creyera! – varias importantes personalidades se encuentran deshojando margaritas para tomar la decisión de irse por la minerÃa o continuar con la fracasada opción de desarrollo sustentada en el arroz, algodón y ganaderÃa extensiva, donde para nada juegan con papel decisorio en gran explotación cultivos transitorios como maÃz, frijol, hortalizas y frutales.
No existe un modelo de desarrollo regional que integre al Tolima. O sea, continúan –algunos lÃderes tolimenses- pensando equivocadamente que el desarrollo integral del Tolima, está en definir entre el oro y la boñiga. ¡Válgame Dios!
Comentarios