De ahÃ, que los programas de gobierno bien estructurados sean a menudo copiados sin cambiar una coma, o un punto y coma, como ocurre actualmente en el sonado caso del candidato a la AlcaldÃa de Villavicencio que plagió un anterior Plan de Desarrollo de la AlcaldÃa de MedellÃn.
El proceso de ajuste fue normal: donde decÃa MedellÃn se borró y se puso Villavicencio. Sencillo. Y el programa de gobierno quedó bien estructurado, con proyecciones estratégicas de desarrollo definidas, y el candidato adquirió, en ese nivel, la imagen de un estadista serio. Resta esperar que si gana la AlcaldÃa lo cumpla: ahà sÃ, se convertirÃa en héroe de gobernabilidad.
Sin embargo, siendo Colombia una suma de regiones, cada una de ellas con sus caracterÃsticas culturales, y en este caso con particularidades polito-electorales, también los programas de gobierno – o de inversión social, para nuestro caso- adquieren caracterÃsticas en armonÃa con la respectiva región. En el Tolima, por ejemplo, la semana pasada, fue divulgado por los más importantes medios de comunicación regional, un programa de inversión social, que llamarÃa la atención –por lo bondadoso- de cualquier tolimense desprevenido electoralmente. Propone entre otros logros, los siguientes: Más y mejores colegios para nuestros hijos. Creación de nuevas industrias. Una mejor infraestructura. Calidad de la salud. Empleos dignos. Profesionales exitosos.
¡Buen programa! Ahora bien, ¿adivinen quién es el autor? Pues, no es de ningún candidato con opción de ganar en el próximo debate electoral, aunque claro está, el ganador lo puede adoptar y compartir en el gobierno. Nada extraño. Es nada más, ni nada menos, lo que significa La Colosa para AngloGold Ashanti Colombia, en documento presentado públicamente el dÃa de la movilización ciudadana realizada en Ibagué como rechazo a dicha explotación minera. O sea, que en cuestiones de programas de gobierno o de inversión social, resulta necesario no olvidar las sabias enseñanzas del Cofrade Palacio Rudas, de no tragar entero, sin dejar de lado tampoco las ilustradas orientaciones del bobo del pueblo en un apartado municipio antioqueño, que sostenÃa, en situación semejante, que de eso tan bueno no dan tanto. Una cosa, es el papel que puede con todo, y otra cosa, son los hechos concretos y reales de gobierno.
Al final, todo se define por el ejercicio real del poder: a favor de minorÃas o en búsqueda del desarrollo integral de la región. Y ahÃ, es donde la puerca tuerce el rabo. Lamentablemente tanto la historia nacional como regional, nos indican que desde siempre, han primado los gobiernos a favor de las minorÃas, aun asÃ, los programas de gobierno se presentan como de beneficio para la mayorÃas sociales. Por eso, estamos como estamos. Ese es el botón para la muestra.
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