Aquel 19 de abril

Hoy se cumple un año más de aquel 19 de abril de 1970, -fecha trágica para la democracia colombiana- día en el cual la clase dirigente del país (“oligarquía” la llamaba Gaitán) le robó las elecciones al General Gustavo Rojas Pinilla para nombrar como Presidente de la República a Misael Pastrana Borrero.

Hoy se cumple un año más de aquel 19 de abril de 1970, -fecha trágica para la democracia colombiana- día en el cual la clase dirigente del país  (“oligarquía” la llamaba Gaitán) le robó las elecciones al General Gustavo Rojas Pinilla para nombrar como Presidente de la República a Misael Pastrana Borrero. Infausta ocasión que evidenció históricamente la actitud arrogante, hegemónica y absolutista, de la oligarquía colombiana que no abre –ni deja abrir fácilmente espacios - a fuerzas políticas que en algo o mucho puedan incidir en el cambio de las estructurales económicas y sociales que imperan en el país.

En efecto, Rojas Pinilla no constituía, en ese momento, una amenaza de cambio radical para la sociedad colombiana. Podía sí, avanzar en democratizar ciertas áreas estratégicas de desarrollo, como efectivamente lo realizaron en países vecinos fenómenos partidistas semejantes a la ANAPO, que sin hacer la revolución consiguieron consolidar procesos de participación popular y sobre de todo de paz, contribuyendo a vivir mejores días de bienestar en dichas naciones. Ese 19 de abril la oligarquía liberal y conservadora le notificó al pueblo colombiano que no podía llegar al poder a través de las elecciones. Grave y funesto precedente, que justificó para muchos compatriotas el empleo de las armas como instrumento de ascenso al poder a imagen y semejanza de lo ocurrido en Cuba y más tarde en Nicaragua, pero que en Colombia sólo sirvió para acrecentar más la violencia y degradar el conflicto, como acertada y serenamente lo reconoció en su momento Carlos Pizarro al deponer las armas y legitimar el proceso electoral como vía democrática de conquista del poder.

Pero, el daño surgido de aquel 19 de abril, aún no cesa. Entre otras, por abortar la posibilidad de existencia de un movimiento político de corte popular, que se presentará como opción real de cambio y alternativa de desarrollo en Colombia. En aquella época confluían alrededor de Rojas Pinilla, no sólo las bases liberales y conservadoras, sino también parte del Frente Unido creado por Camilo Torres Restrepo; los curas rebeldes; las bases del Movimiento Revolucionario Liberal; los pobres sin color político y hasta poetas nadaistas como Gonzalo Arango. La frustración fue grande. Y peor aún, a partir de ahí, la asimilación -por  amplios sectores de opinión nacional- de las franjas legales y democráticas de izquierda como apéndices de aparatos armados que enlutan la nación sin posibilidad alguna de convertirse en alternativa de cambio estructural.

Entonces todo avance democrático en Colombia, constituye un rechazo a aquel 19 de abril: la desmovilización del M-19, la Asamblea Nacional Constituyente, la Constitución de 1991, el surgimiento de fenómenos cívicos y de opinión que han logrado ganar alcaldías y gobernaciones importantes en la geografía nacional, las movilizaciones en contra de la violencia y a favor de la paz, constituyen entre otros hechos históricos y políticos, una superación en el tiempo de aquel funesto 19 de abril de 1970. En buena hora. 

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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