La Justicia colombiana, hacia el futuro -como van las cosas- tendrá aroma tolimense. Afortunadamente. Quizás sea en el terreno jurídico donde el Tolima –como región- ha aportado con mayor significación en el panorama histórico nacional. Aquí y ahora, nuevamente vuelve a tener la oportunidad de jugar en grande, dentro de las ligas mayores en estos temas. El tolimense Alfonso Gómez Méndez, en su calidad de Ministro de Justicia, ha planteado la necesidad de presentar un nuevo proyecto de Reforma de la Justicia, en la que se destaca desde ahora, la eliminación del Consejo Superior de la Judicatura y de la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Otro tolimense, Luis Eduardo Montealegre en su condición de Fiscal General de la Nación, ha sugerido en las últimas semanas importantes reformas que buscan fortalecer la autonomía, eficacia y eficiencia de la rama judicial en el cumplimiento de su misión constitucional. Y en Foros sobre estos asuntos, también se han escuchado juiciosos planteamientos de tolimenses que ejercen en la actualidad como Magistrados de la Corte Constitucional y Corte Suprema de Justicia. Igualmente, de notables tolimenses vinculados con actividades académicas y centros nacionales de pensamiento relacionados con análisis e investigaciones sobre el Estado y el Derecho. O sea, por el lado de las iniciativas de cambio en el aparato judicial los tolimenses juegan en la delantera y están jugando bien.

Por coincidencias del destino, en la orilla de los organismos cuestionados constitucionalmente también se destacan personajes tolimenses. El Presidente de la Comisión de Acusaciones de la Cámara es tolimense. Y lamentablemente, el magistrado Henry Villarraga ubicado por estos días en el ojo del huracán de la corrupción nacional, es oriundo de Purificación. O sea, los tolimenses juegan en este partido, para bien o para mal, en ambos bandos.

El Tolima ha aportado al desarrollo democrático de la Constitución de 1991. La Acción de Tutela se estrenó en Ibagué como mecanismo de defensa de derechos fundamentales de personas que antes no tenían frente a las autoridades ni voz ni voto en el reclamo de sus derechos. Piedras ha dado un ejemplo histórico utilizando los mecanismos constitucionales en defensa del derecho al medio ambiente sano y al desarrollo humano de la región. O sea, el Tolima ha contribuido al avance teleológico de la Constitución de 1991, en procura de consolidar en la realidad económica y social colombiana un verdadero Estado Social de Derecho. En esta coyuntura histórica, -lo mismo que antes, desde Echandía hasta Palacio Rudas- a través de importantes juristas y académicos de la región, el Tolima tendrá papel trascendente en el progreso y profundización de la democracia en Colombia. La historia patria, para el bien y el buen nombre del Tolima, ya lo ha confirmado. Y, eso es lo que vale.