La clase parlamentaria de Antioquia y la Costa Caribe ha tenido el buen atributo de superar sus diferencias –en especial las electorales- en casos puntuales para apoyar unidos proyectos o políticas públicas de competencia nacional, que benefician a sus regiones. Muy buen ejemplo, por cuanto los celos y las disputas electorales, son a veces más hondas y largas que las amorosas.
El más reciente caso de unidad costeña, se registra en el apoyo a Electrocaribe, acogida en el Plan Nacional de Desarrollo, donde se alivia el tema del pasivo pensional de dicha empresa ($1.2 billones) y se garantiza su operatividad mientras se realiza su venta, con recursos provenientes en gran medida de la sobretasa clavada en los bolsillos de todos los usuarios de estratos 4, 5 y 6 y los comerciantes e industriales a nivel nacional.
En el Tolima, esa unidad parlamentaria ha sido fría, lejana y desconocida. Desafortunadamente. Por ello, resulta agradable registrar la alianza presentada entre los senadores con arraigo en este terruño, Jorge Enrique Robledo y Miguel Ángel Barrero, en defensa del sector textilero, que para nuestra región con todos sus altibajos, representa un esfuerzo empresarial, necesario de respaldar, apoyar e impulsar.
Por otro lado, se perciben muy buenos aires a partir del esfuerzo mancomunado en varios asuntos de interés regional, adelantados por el Gobernador del Tolima y el Alcalde de Ibagué. Lo anterior, hablando de trabajar en equipo a partir de lo regional y con proyección nacional e internacional, y en procura de avanzar en desarrollo integral para el Departamento. Estos avances, se sustentan en la necesidad de superar para estos efectos, las diferencias conceptuales que necesariamente existen entre liderazgos políticos, sobre todo en relación con la visión de Estado y Sociedad, y avanzar en lo que nos une en progreso regional. Avanzar parados sobre el tablero de las diferencias políticas y electorales.
La pregunta del millón, que constituye el punto de arranque sigue siendo la misma: ¿Cuál es la vocación de desarrollo del Tolima y de Ibagué? Mucha corriente se ha botado sobre este interrogante. Algunos sabios y expertos, han dictado charlas sobre el asunto, y sugieren desde aquí, salidas viables para las cuatro principales ciudades del país, pero no para la Ciudad Musical de Colombia.
La leve unidad parlamentaria, atrás registrada, debería ser motivo para abordar el tema en su integralidad. Una buena oportunidad. Ojalá no la perdamos, ahora que se puede hablar con el sector oficial asequible al diálogo.
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