El penalista alemán Kai Ambos, magistrado y profesor de la Universidad de Gotinga, experto en justicia transicional y en el conflicto armado colombiano, se refirió en reciente entrevista, al ambiente hostil que soporta la JEP, a lo difícil que ha sido su labor, pues ni siquiera contaba con la Ley Estatutaria y, a los ataques políticos que sufre, sustentados en prejuicios, como que es una institución pro impunidad y pro Farc.
Explica que impunidad se presenta en todos los sistemas de justicia y en cualquier país, y que para todos ellos son prioritarios los máximos responsables, pues permite develar las estructuras criminales. No existirían recursos en Colombia, ni tiempo para investigar y sancionar a todos los involucrados en la guerra. Se necesitarían, calcula, unas diez Justicias Especiales.
John Braithwaite, criminólogo australiano, considera que nuestro Acuerdo de Paz, tiene una buena combinación de justicia, la punitiva para los delitos más atroces y para quienes no quieren contribuir con la verdad, y de justicia restaurativa para quienes sí lo hagan y reparen.
La JEP viene trabajando en todos los ámbitos de su competencia. Ha priorizado casos macro: secuestro; la violencia en Tumaco, Barbacoas y Ricaurte; falsos positivos; hechos ocurridos en la zona del Urabá antioqueño; situación de derechos humanos padecida por los municipios de Caldono, Santander de Quilichao, Toribio, Buenos Aires, Caloto, Suárez; desaparición de la Unión Patriótica.
Para marzo del presente años, 11.725 personas se han acercado a ofrecer verdad; 80% guerrilleros y 16% miembros de la fuerza pública. Alrededor de 2000 militares y policías, de ello el 76% han recibido beneficios. Se han presentado 41 agentes del Estado diferentes a Fuerza Pública. Entre el secuestro y falsos positivos se han identificado alrededor de 11 mil víctimas. Se han recibido multitud de informes, entre ellos, los de violencia sexual contra las mujeres y realizado innumerables actos de perdón y conciliación. En fin, la JEP está cumpliendo su misión.
La impunidad que le se atribuye a la JEP, es la cantaleta falsa del Centro Democrático para ambientar un plebiscito y en ultimas una Asamblea Constituyente. Se acordaran sus conmilitones de cuántos paramilitares fueron juzgados y condenados en la ley de Justicia y Paz? ¿Cuántos de estos matones se quedaron por fuera de ese sistema? ¿Cuántos repararon a sus víctimas? Sabrán cuántos delitos se denuncian; se investigan, se llevan a acusación por la Fiscalía y cuántos terminan con sentencia en la Justicia Ordinaria? ¿Tendrán claro que en ningún país del mundo después de una guerra se ha podido castigar a todos los perpetradores?
No permitamos la instrumentalización política de la JEP, y el señalamiento de corruptos a todos los jueces. Grave cosa.
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