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Ese rasgo cultural se expresa en diferentes aspectos, en el empresarial, por ejemplo. El 80 % de las empresas ibaguereñas son personas naturales, y una alta proporción de las jurídicas son unipersonales. Otra muestra de la dispersión individualista sería la existencia de más de cien marcas de café y la proliferación del minifundio. El Tolima tiene 103 mil hectáreas de café y 51.582 caficultores.
La política, por supuesto, no es la excepción. La proliferación de ‘ismos’ es patética, los hay no solo en alcaldías y concejos municipales sino hasta en líderes comunitarios. El culto a la personalidad, al ego y al caudillismo son una epidemia que hace imposible gestar grandes iniciativas. Esta semana, sin embargo, se produjo un hecho inédito en la política local. Seis precandidatos a la alcaldía, acordamos agruparnos para trabajar en la construcción de una propuesta centrada en Ibagué, como empresa común. Camilo Delgado (Partido Liberal), Camilo Ossa (Otro Camino), Carlos García (Independiente), Marco Emilio Hincapié (Pacto Histórico), Renzo García (Alianza Verde) y quien esto escribe, acordamos juntarnos con miras a elaborar un programa de gobierno conjunto y a escoger un solo candidato a la alcaldía.
Nos anima poner la capital por encima del interés personal o partidista. Esto debería valorarse positivamente, pues quiebra la tradición caciquil y proyecta una idea más democrática de la política. Ninguno abandona su adscripción partidista. Por el contrario, tiene el encargo de buscar el respaldo de su respectiva colectividad. En mi caso, esta misma semana tuve la oportunidad de exponer esta propuesta, ante el director nacional del Nuevo Liberalismo y la organización territorial, que se basa en el suprapartidismo. Colombia ha tenido varios exponentes de esta tesis, entre ellos el general Benjamín Herrera, “La Patria por encima de los partidos”, y Luis Carlos Galán, en la década de los ochenta.
En las reuniones transmití la conveniencia de sacar a nuestra capital de la controversia política nacional y hacer de esto un ejemplo para otros municipios del Tolima, que se encuentran en estado casi agónico.
“Unidos por Ibagué” quiere construir un programa con amplia participación de la academia, de las organizaciones sociales, gremiales, culturales y deportivas. A juzgar por la rabiosa y alocada reacción del Secretario de Gobierno Municipal, el proyecto tiene futuro. Habrá que blindarse contra francotiradores bien remunerados, que buscarán acabarlo porque les conviene. “Divide y reinarás”, dijo Maquiavelo. Ser extremadamente cautos para no terminar siendo instrumentales a estos propósitos. La propuesta apenas comienza, está para ser desarrollada conceptual y organizativamente, llenarla de contenido. Teorizar es muy fácil, hacer es más difícil, y sobre todo si el hacer es colectivo, pues demanda paciencia, tolerancia y cultura democrática.
No sé cómo saldrá, ni yo puedo garantizar el resultado. De momento, hemos dado un primer paso y esto me anima a seguir adelante. Fácil no será, pero tampoco imposible. Hay que intentarlo. Ibagué lo merece, Ibagué lo necesita. Ahora más que nunca.
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