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Si democracia es el gobierno del pueblo y para el pueblo como nos decían en la escuela y sin ojear los tratados sobre el tema, tenemos que aceptar que estamos muy lejos del cuento. Cuál democracia cuando se persigue al que opina diferente, cuando el gobierno tiene en el bolsillo a todos los organismos de control, cuando se patrocina y premia la corrupción, cuando se permite y fomenta la compra de votos, cuando se fomentan los juegos de azar y el licor, cuando el congreso legisla en beneficio propio, así estén de vacaciones para gastar sus millonarios honorarios ¿Cuál democracia?
Y siguiendo con el tema, no nos parece muy democrático el sistema de designación de las directivas del Nuevo Liberalismo, ni la escogencia de sus candidatos al Congreso. Este partido, que fue fundado por Luis Carlos Galán, Rodrigo Lara e Iván Marulanda, se equivocó con las trabas que le puso al único sobreviviente en su aspiración a la presidencia por esa colectividad, quien ha debido ser aclamado por unanimidad.
Iván Marulanda logró sobrevivir y jamás claudicar ante esa tenebrosa alianza entre la mafia y la política que asesinó, entre muchos más, a sus dos compañeros de causa y durante toda su vida pública se ha dedicado a trabajar por los pobres, por la gente que sufre. La solidaridad ha sido un principio vigente a lo largo de su vida pública. “Lo que no nos podemos permitir ninguno de nosotros es la indiferencia ni la resignación”. Esta es una de sus frases que hoy cobra plena vigencia, ante las próximas decisiones que debemos tomar con responsabilidad.
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