Visión económica preelectoral

La reunión de asesores económicos de los candidatos presidenciales que auspició Portafolio la semana pasada salió bien, aunque dejó bastantes interrogantes. Ricardo Ávila en el editorial de ese periódico (30 de abril) destaca el acuerdo entre ellos de que la economía va bien. Respecto a la política macroeconómica no hay grandes diferencias, excepto en lo relativo a la tasa de cambio que es responsabilidad del Banco de la República principalmente y el tratamiento de los flujos de capitales. La mayoría expresó que la revaluación es un problema que se debe corregir.

En lo que no hubo una contribución importante por parte de los asesores de los candidatos fue en políticas sectoriales excepto porque se han manifestado en contra de los subsidios sectoriales, con toda la razón. En agricultura, algunos de ellos están abiertamente a favor de un desarrollo empresarial y de la producción en grandes extensiones. Pero no se refieren a los obstáculos para poner esto en práctica derivados de la indefinición que existe sobre la utilización y la propiedad de las tierras baldías y la carencia de infraestructura y de otros bienes públicos.

Excepto porque todos están a favor de otra reforma tributaria, no hubo evidencia de que tienen clara la magnitud de la inversión que es necesaria para darle al campo el impulso que permitiría hacer de la agricultura un verdadero agente de cambio y de desarrollo. El tema de tierra lo mencionaron unos de ellos pero sin profundizar, como tampoco lo hicieron en referencia a la población campesina o al desarrollo rural.

Si los planteamientos referentes al campo fueron pobres, en lo concerniente a política industrial lo fueron aún más. Apenas se refirieron algunos al desarrollo industrial y a la pérdida de participación del sector en la economía en una etapa de desarrollo económico que requiere mucho mayor dinamismo de la industria. Unos parecen creer que esto se resuelve cuando el dólar se recupere, otros piensan que es problema de los tratados de libre comercio, pero aparentemente no tienen ideas ni propuestas claras para hacer algo por el desarrollo industrial.

Esto no solamente les ocurre a ellos. Es un reflejo de lo que sucede en el país. El sector industrial está en peor posición que el campo porque para el desarrollo agropecuario y campesino hay muchas ideas y oportunidades identificadas. Que los gobiernos no las han aprovechado es otro problema.

La política social tampoco fue objeto de un análisis profundo. Algunos expresaron preocupación por la brecha existente entre el campo y la ciudad o por la situación de los campesinos, pero no se refirieron al problema del sector educativo o al de la salud. Solamente uno de ellos se refirió al financiamiento de la infraestructura y al plan 4G. Aunque uno de estos asesores dijo que “no sólo de macroeconomía vive el hombre”, todos ellos se refirieron más a la macroeconomía que a los aspectos estructurales o sociales de la economía.

Este es un sesgo de los técnicos en Colombia que se refleja en los problemas de ejecución y buen gobierno cuando se sale del ámbito de la macro y se pasa a resolver problemas sociales, microeconómicos y de inversión o de financiamiento.

Credito
RUDOLF HOMMES

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