De una mediocridad “apabullante”

Hugo Patarroyo Murillo

Siempre se nos dijo que, había más de dos opciones para visualizar el Estado moderno. Que, no solamente existía la interpretación de la famosa izquierda , ni la de la célebre derecha, para que, a través de sus teorías políticas fundamentaran la moderna “gobernanza” en un país. 
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Hoy en día, el espectro político , cuenta adicionalmente con un “ centro”, como el propuesto por Jorge Enrique Robledo y Sergio Fajardo que, sin lugar a dudas se ha conformado de lo más positivo de los dos antagónicos sectores y,  creando a su vez, sus propios postulados políticos para beneficiar a una nación. De eso no hay duda. También, se nos dijo que, desde la época el filósofo y jurista  francés Montesquieu (1748),  se “sentaron” las bases sobre “la distribución de las funciones del Estado y, la Separación de Poderes” ( Léase Legislativo, Jurisdiccional y Ejecutivo). 

Así mismo, se nos aclaró que, para dirigir una República como la nuestra, se requería de una élite intelectual tranquila, sensata, sin fanatismos ideológicos que, se  hubiera preparado para Gobernar. Es, algo que se nos reiteró.  Cabe anotar que,  así en nuestro país, un sector hubiera llegado -como se fuera- a detentar el poder, con  “maturrangas” y todo, adicionadas a un mesianismo exótico tipo Dr Rodríguez Francia en Paraguay y, con un populismo “populachero” e, indudablemente, condimentado con interpretaciones de tipo “Imperatore Romano”; es algo que… deja mucho que desear.  Lo que se está viendo, hoy en día, con el Gobierno nacional, es que, la escuela que se fomentó, que se  promovió, que se patrocinó, y que les permitió llegar a la Presidencia, ya fuera censurando, criticando, cuestionando…. la Verdad, ¡nunca se preparó para gobernar!  No es lo mismo hacer “oposición” que, defender una “posición”. Es muy fácil censurar. Adicionalmente, si se tiene el perfil de “show man”, (la forma de mirar, de mover las manos, hasta de amenazar) pues, todo eso es ganancia, para la “mass media”.  Sin duda, cada vez nos parecemos más, a una “Banana Republic”, en manos de los que ya no se quieren llamar de izquierda (que ya no vende), sino alternativos, progresistas, social-chabacanes, etc, etc, como si los del otro lado, no abrevaran en las mismas fuentes teóricas. 

¡Cuánta falta le hace al país, un faro como Alfonso López Michelsen!  Sin lugar a dudas, el mejor intérprete del cambio en nuestra Colombia. Viviera esta atalaya intelectual, las cosas, estarían a otro precio. 

López, fundador del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), siempre propugno por un mejor estar de la sociedad colombiana. Gran crítico de las élites que manejaban al país (léase “Los elegidos”), con una claridad mental a toda prueba, el “Capi López” fue promotor de las “ideas de avanzada” para la época. El tema es que, “los revolucionarios” de hoy en día, no se preocuparon por cultivarse académicamente,  como sí lo hizo López.  Si bien, algunos leyeron por encimita a Carlos Marx y a Federico Engels,  no les quedó muy claro el tema de las “Teorías de Estado” y, optaron por la línea más cómoda: la de criticar al que lava la camisa, se limpia los zapatos y se corta el pelo, tildándolo de burgués, oligarca, multimillonario, opresor etc, mejor dicho, toda la “perorata” que se utiliza en los discursos “veintejulieros”, para engañar al que es poco preparado académicamente. Definitivamente, asistimos a una “apabullante” y terca mediocridad.

 

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