¿Payaso, bufón o sofisma de distracción?

Hugo Patarroyo Murillo

Muchos colombianos,  no sabemos cómo identificar las últimas actuaciones del “Gobierno Central”.  Si, son payasadas, bufonadas o, lo mejor (y, puede ser, la más aceptada) sofismas de distracción. Revisemos, una por una: en la época de la campaña presidencial, el tema de las ridiculeces en las tarimas tenía su trasfondo. 
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Los “asesores de imagen”, decía que, el candidato debía vestirse con el traje típico de la región porque, de ésta manera (según ellos) se lograba un mayor acercamiento con las bases.  En el Tolima, vimos al candidato con el típico sombrero de palma real y, pañuelo “rabo e’ gallo”. En la costa atlántica, fue indudablemente el “sombrero costeño vueltiao” el que primó, en Boyacá y el altiplano cundi-boyacence, “la ruanita” tipo “Carrangueros”, en Leticia, las plumas de alguna de las etnias indígenas de la Amazonía, en los llanos orientales, el sombrero típico de los vaqueros de tierra adentro , el “veguero, o sombrero criollo”… en fin, el folclorismo colombiano a flor de piel. 

Había que, mostrarse cercano al elector. Lo que, nunca les dijeron era que, la gente, ya no utilizaba más ésos atuendos sino, sólo para los desfiles costumbristas y, eso se veía más, como una “payasada” demagógica que, cualquier otra cosa. Pero… les sigue gustando. Incluso, allende las fronteras patrias. Payasos, se encuentran en todas latitudes, tratando de mostrar el tropicalismo de donde provienen. 

El “bufón”, según la definición de Oxford Languages, tiene dos interpretaciones : 1- “Persona generalmente de aspecto grotesco, que en la Edad Media y, principios de la Moderna, se encargaba de divertir a la corte, con historias graciosas y chistes”. 2- “Que hace tonterías o se comporta con poca seriedad pretendiendo ser cómico y resulta ridículo o molesto”. Muchos, muchísimos, connacionales, creemos que, con ése “tropicalismo criollo”, nos hemos convertido es, en el ‘hazme reír’ de sociedades organizadas como la del Reino de España. Ése cuentico de los “tenis blancos” de la Ministra, puede que para ella, sea signo de independencia, de “romper las cadenas” con lo tradicional. 

De “insurrección”, frente al país que, nos dio la lengua, la religión y, la poca cultura que logramos asimilar. Y… el tema del “frac”, en la Cena de Honor ofrecida por el Rey Felipe VI,  es cuento aparte. Con no lucirlo, se demostraba  que, el traje de gala , tenía que ver, con “las elites y la antidemocracia”. Pero… sí se fue a “lamber” para que le colocaran el “Collar de Isabel la Católica” y, poderlo lucir en la Cena del Palacio Real de Madrid. Si hubiera sido coherente, con su discurso incendiario,  la víspera de su viaje a España, hubiera podido rechazar la condecoración y no, hubiera pasado nada. Criticar como lo hizo, y después, “ir a poner la canal” en la comida, no tiene presentación alguna. 

Pero… éstos “show mediáticos”, huelen más a “sofisma de distracción” que, a cualquier otra cosa . Colocar los tennis, el frac, los disfraces que utilizaron en la recepciones, como las principales noticias en Colombia, tiene “un saborcito” muy particular. Debe haber algo, muy serio, entre “pecho y espalda”.

Adendo: No se supo si, en la Coronación de Carlos III de Inglaterra, se utilizó en vez, de una elegante pava, un “sombrero vueltiao” y se bailó mucho mapalé, a la salida de la Abadía de Westminster !Pobre Álvaro!.

 

HUGO PATARROYO MURILLO

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