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La incidencia en el marco de procesos de planeación y gestión del desarrollo viene desde los últimos años del siglo anterior en nuestra región y su capital. Un ejercicio representativo de esta fue lo realizado en la comuna 8 de Ibagué, en el marco de la formulación de su plan estratégico, una dinámica inédita que buscaba involucrar a la ciudadanía en la construcción de sus propuestas y a través de ellas, generar los cambios requeridos para el mejoramiento de su calidad de vida. En el marco de la campaña que eligió a Carmen Inés Cruz, las organizaciones de la comuna, realizaron un intenso trabajo de incidencia para buscar que sus iniciativas quedaran en los programas de gobierno de los diferentes candidatos y finalmente del plan de desarrollo de la alcaldesa electa.
Fue una escuela importante que se empezó a replicar en otras comunas y corregimientos de Ibagué y que luego se empezó a promover en otros municipios por organizaciones promotoras del desarrollo. La idea era construir una relación más horizontal entre gobernantes y gobernados. Dejar atrás la idea de que un alcalde es casi un rey y las comunidades, sus súbditos. Optar por una concepción que armonice visiones y acciones para la construcción de lo público.
Con esta premisa se siguieron promoviendo este tipo de prácticas y ya es común que las organizaciones sociales de los territorios construyan propuestas colectivas comunes. Chaparral y Planadas en el Tolima promovieron una agenda de desarrollo y paz que pusieron en discusión con los candidatos a ocupar la primera magistratura de su municipio. Esta agenda la construyeron participativamente en un ejercicio promovido por Tolipaz en el marco de un proyecto desarrollado por la Redprodepaz con el apoyo de la Agencia Presidencial de Cooperación, APC.
Una vez elegidos los alcaldes de ambos municipios se ha desarrollado por parte de estas organizaciones un proceso de incidencia con los miembros del Consejo Territorial de Planeación, CTP, los concejales y los mandatarios, buscando la inclusión con presupuesto de las iniciativas construidas colectivamente en muchos encuentros.
La semana anterior se llevó a cabo sendos encuentros con líderes de estos dos municipios para seguir avanzando en la incidencia política. Se revisó la agenda de cada entidad territorial y se comparó con el plan de desarrollo que está en manos de los concejales para su aprobación antes del 30 de mayo.
Una claridad necesaria es afirmar que la incidencia no termina con la aprobación del plan de desarrollo, sino que el proceso continúa en el ejercicio de la asignación presupuestal y la ejecución de la hoja de ruta construida con la participación de los diferentes actores.
Más y mejores procesos de incidencia política serían necesarios para avanzar en la construcción social del territorio y de la ciudadanía. Ciudadanos conscientes de su rol en la transformación de la región y en la construcción de una vida querida y digna para todos. Hombres y mujeres jugados por el progreso y la consolidación de una paz estable y duradera es lo que se requiere en el departamento y en el país.
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