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Frente a países como Estados Unidos, Brasil, México, Ecuador y Perú, Colombia, desde el Ejecutivo, pasando por gobernadores y alcaldes han dado ejemplo en términos generales en el manejo de esta pandemia, aunque el lunar está en los focos de corrupción por todos conocidos gracias a los entes de control.
Sin embargo, las medidas de vinculación a la vida productiva solo serán acertadas si toda la población y los sectores productivos asumen la prevención como eje de vida y asignan a todas sus labores los protocolos de bioseguridad y cuidado personal.
Un sola cosa es cierta, la vida no será la misma para nadie hasta que se disponga de una vacuna o de un tratamiento efectivo para combatir el Sars-Cov-2. No obstante, el proceso que se inició de retorno de actividades productivas no riñe con la protección de la vida de los colombianos. Ahora bien, si se presenta un periodo de contagio descontrolado, pues será necesario volver al confinamiento. Por el momento, las proyecciones epidemiológica permiten la reactivación social y económica.
Precisamente, con base en este contexto y después de una conversación con la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, y de algunas consultas con otros integrantes de la bancada tolimense, volvió a ponerse en discusión la urgencia de seguir impulsando en el Congreso la inclusión del Tolima y sus 47 municipios en las Zonas Económicas Sociales Especiales (Zese).
El actual contexto señala que las pérdidas de empleo serán sensibles, especialmente en Ibagué, con un subempleo galopante y con nichos en edades de trabajar, especialmente mujeres y jóvenes, con menos posibilidades de ocupación por el golpe directo del Covid-19 a todo el tejido productivo formal o informal.
Entonces, como un mecanismo de estímulo y apoyo a la recuperación laboral, la iniciativa es incluir a Tolima y su capital Ibagué, como una nueva Zese en el ámbito nacional lo más rápido posible, para que se puedan comenzar a obtener réditos después de octubre y que dicho mecanismo entre en rigor a partir de 2021, año en que el país tendrá que entrar en una fase de recuperación y de nuevo crecimiento, eso sí siempre y cuando se logre doblar definitivamente el contagio masivo del coronavirus.
Dicha proyección no solo ha sido tomada en cuenta, sino que junto a otras se entrarán a evaluar detalladamente, pues una de las preocupaciones del Ministerio de Hacienda es precisamente impulsar tributaria, fiscal y económicamente las regiones más golpeadas por el choque de la epidemia en los ámbitos productivos.
Recordemos que en este régimen especial en materia tributaria fueron vinculados inicialmente los departamentos de Arauca, Guajira y Norte de Santander, y ciudades capitales como Quibdó y Armenia, con graves problemas y tasas de desocupación por encima del 14%.
No obstante, en un escenario Post-Covid 19, esto le podría significar a la región tolimense réditos en materia de inversiones de carácter industrial, agrícola y pecuaria, y comercial, ya sea del orden nacional o extranjero. Los beneficios están sujetos a la creación de plazas laborales y se extienden a impuestos como Renta y Retención en la fuente.
Por el momento, seguimos trabajando con el Gobierno Nacional y desde el partido Conservador en esta propuesta, para hacerla más flexible e incluyente a partir de un escenario de recuperación más sólido para todo el aparato productivo regional.
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