Familias tolimenses: pioneras en buenas y nuevas energías

Miguel Ángel Barreto

El país ha ingresado en un nuevo paradigma ambiental en el que es primordial reforzar la producción de energías limpias y renovables en todas las escalas productivas. En este sentido, con el Gobierno trabajamos en un proceso de inclusión dirigido especialmente a las comunidades más vulnerables.
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De hecho, unas 886 familias de unos 30 municipios del Tolima tendrán energía fotovoltáica. Con el Ministerio de Minas y después de varias reuniones logramos que el Departamento fuera priorizado en este proceso de producción de energía limpia. 

Con el Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas No Interconectadas (Fazni) se acordó una partida por 13 mil millones de pesos para incentivar este proceso que espera llegar a comunidades rurales, en las cuales se podrá comenzar a generar energía en estos hogares, de modo que obtengan un servicio básico para sus labores diarias. 

Inicialmente, el proyecto para el Tolima está distribuido en Norte: Armero-Guayabal, Fresno, Mariquita, Falan y Palocabildo, para 39 usuarios. En la zona Nevados: Villahermosa, Herveo, Líbano y Casablanca, con 102 usuarios. 

Posteriormente, en la zona Centro: Ibagué, Anzoátegui, Rovira, Coello y Alvarado, con 115 usuarios. En el Oriente: Villarrica, Cunday, Carmen de Apicalá e Icononzo con 89 beneficiarios. En el Suroriente: Purificación, Alpujarra, Guamo y Suárez con 96 usuarios. Y en el Sur: Ataco, Chaparral, Natagaima, Ortega, Rioblanco, Planadas y Coyaima con 445 usuarios. 

El proceso está dividido en tres etapas, replanteo, ejecución y entrega final. Cabe resaltar que el suministro, transporte, instalación y mano de obra no tienen costo para los beneficiarios. Cada solución está conformada por dos módulos solares fotovoltáicos, un poste metálico, una zapata, medidor y redes internas que incluyen tomas, plafones e interruptores. 

Dentro de las ventajas de la energía fotovoltáica se encuentran: el recurso es ilimitado porque procede de una fuente de energía renovable, no produce emisiones contaminantes, los costos para los usuarios son muy bajos, el mantenimiento es sencillo y de bajo costo. 

También los módulos tienen un periodo de vida de 20 años, es integral ya que puede suministrar energía para toda una vivienda y en mediana escala a una comunidad, es ideal para zonas en las que no hay servicio de energía o este es deficiente. 

Esta tecnología, al no emitir gases invernadero, desacelera el calentamiento global y se constituye en una herramienta eficiente para luchar contra el cambio climático. Es importante destacar que no emite sustancias tóxicas en el aire ni contaminantes en el agua.

No obstante, es perentorio difundir, por parte de los actores interesados, las bondades y beneficios de este sistema, con el firme propósito de fortalecer la autosostenibilidad y la eficiencia energética de las comunidades involucradas. 

Colombia aún sufre un déficit energético que en 2017 se situaba en el 30%, lo que plantea desafíos como ampliar las conexiones en territorios marginados y mejorar unos requerimientos puntuales en calidad de vida y acceso a servicios públicos. 

Apuntamos con el Ministerio de Minas a buscar un mayor beneficio para todos los colombianos y consolidar una dinámica energética comprometida con el medio ambiente, socialmente comprometida, que sea eficiente y económicamente sostenible.

 

MIGUEL ÁNGEL BARRETO

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