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Sin duda, la emergencia ocasionada por el Covid-19 y sus nefastas consecuencias en el aparato productivo, avivaron el malestar y las inconformidades de los colombianos.
Y es ese malestar, expresado en gran medida por nuestros jóvenes, lo que nos debe convocar a trabajar unidos para ser garantes de la generación de empleo, seguridad, confianza y oportunidades de vida. Así lo demanda la coyuntura actual.
Condeno profundamente los actos vandálicos así como también el abuso de la autoridad y reclamo las investigaciones y sanciones pertinentes en casos de extralimitaciones o uso excesivo de la fuerza. Sin embargo, no hay que generalizar pues pretender creer que nuestras autoridades son enemigos de los ciudadanos o del pueblo es un horror en una democracia como la nuestra con tantos atenuantes delictivos adversos. ¡Es el momento para rechazar cualquier tipo de violencia!
Como sociedad, no podemos permitir la afectación de nuestros bienes ni el desabastecimiento que estamos presenciando en las regiones de nuestro país. Estos escenarios demandan grandeza, y la historia bien nos ha demostrado que la violencia nunca ha sido la solución a nuestros problemas.
El diálogo social incluyente es la única herramienta para salir de esta crisis derivada en parte por la impotencia que genera la emergencia sanitaria y las implicaciones que esto tiene en todos los sectores de la economía. Y será este diálogo, el que ponga en el centro de la mesa a los jóvenes, el futuro de nuestra nación y por quienes debemos trabajar en equipo, sin rencores políticos inútiles que nos alejan de lo verdaderamente importante.
Desde el partido Conservador estamos abiertos a tender puentes entre las comunidades y el Ejecutivo, para construir un pacto nacional que nos conduzca por el camino del empleo, el emprendimiento, la competitividad y la recuperación de la economía. Abramos el diálogo, construyamos consensos y escuchemos todas las opiniones: sólo así seremos capaces de construir un mejor país para nuestras familias. ¡Escuchemos a nuestros jóvenes!
Junto con empresarios, gremios y el sector productivo, debemos escuchar las necesidades de nuestra juventud y de esta manera llegar a consensos y acuerdos tangibles que potencien la reactivación económica del país, atacando frontalmente las penosas cifras de desempleo que aquejan a nuestra nación y al Tolima.
A los jóvenes, expresarles que en mí encuentran un aliado que día a día continuará trabajando por darle solución a sus preocupaciones. Desde mi quehacer como congresista, estoy fomentando iniciativas y proyectos que potencien sus sueños, sus esperanzas y sus metas.
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