El pasado 20 de abril, se desarrollaron en Ibagué, dos eventos para evaluar y hacer seguimiento a la implementación del Acuerdo entre la Farc y el Gobierno nacional. Por un lado, el conversatorio organizado por la Alcaldía de Ibagué y por el otro, el organizado por la Corporación Ambiente y Desarrollo en unión con varias instituciones que conforman la Alianza por el sur del Tolima.
Aunque ambas iniciativas tuvieron en lo fundamental el mismo formato, sus asistentes fueron diferentes. En el evento de la Alcaldía de Ibagué hizo presencia el Vicepresidente de la República y contó con la asistencia de líderes sociales urbanos, mientras que en el de Ambiente y Desarrollo, se movilizaron del sur del Tolima, líderes rurales y del casco urbano de los municipios de Planadas, Ataco, Rioblanco y Chaparral, con la presentación de la evaluación y análisis de Ariel Ávila de la Fundación Paz y Reconciliación y Diego Bautista de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
En ambos eventos se reconocieron los avances de la firma del Acuerdo relacionados básicamente con la disminución sustantiva de los muertos y heridos en combate, lo mismo que con el ambiente de tranquilidad que se respira en los territorios donde antes hacía presencia la guerrilla de las Farc.
En el evento con líderes de los cuatro municipios se recalcó que sigue existiendo mucho desconocimiento del Acuerdo, pero se destaca que ha disminuido la estigmatización de los líderes sociales, especialmente de ciertos territorios donde antes había tenido presencia la guerrilla.
Se evaluó como negativo el papel del Congreso de la República, al darle la espalda al proceso, especialmente en lo referido a la circunscripción especial de paz, que le daría voz en el parlamento a las víctimas de la Colombia profunda, esa que nunca ha tenido una representación, ni vocería presencial en el recinto donde se producen las leyes.
Se destacó también la preocupación por la ausencia del Estado en las zonas que antes controlaban las Farc y que ha venido originando que la delincuencia común entre a controlar estos territorios, produciéndose asaltos, atracos y además boleteos a ciertos empresarios y comerciantes.
Que en Ibagué y el Tolima se abran espacios para la reflexión, análisis, seguimiento y evaluación del Acuerdo de Paz, es un hito importante que se debe resaltar, más en este momento, donde el mismo atraviesa una compleja encrucijada por la captura con fines de extradición de ‘Jesús Santrich’.
El Acuerdo y su implementación deben ser elementos claves para tener en cuenta, ahora que se elabora el Pdet y que está por avanzarse en cada uno de los cinco puntos que contiene el mismo. Los tolimenses debemos estar atentos y vigilantes a su cumplimiento.
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