Una mirada de futuro

Con los cambios tan rápidos y bruscos que está teniendo el mundo, las necesidades del ser humano van variando de acuerdo a las prioridades que se establezcan y las exigencias del mercado en sí mismo. El futuro abre un abanico de opciones de alimentación, transporte, insumos, servicios y profesiones aún por descubrir.

Los múltiples ejercicios de futuro que se realizan hoy día, así como la construcción de escenarios, de prospectiva y de vigilancia permiten establecer que muchas de las profesiones, ocupaciones, técnicas y oficios irán despareciendo para dar paso paulatino a aquellas directamente relacionadas con el nuevo ser del siglo XXI y los venideros.

Ese ser humano mucho más tecnológico, interconectado, actuando en red, prestando sus servicios a través de la megainternet y los otros canales que están surgiendo y con los cuales se espera el mundo sea realmente una aldea global tecnológica, cuando se superen el atraso en este sector y la pobreza de muchos lugares, incluyendo varios de este continente.

El guía turístico espacial, el ingeniero de cohetes y vehículos familiares de vuelo espacial, el reparador de satélites, el escobita espacial, el maestro tutor para viajes espaciales largos, el oficinista del teletrabajo, lo mismo que el repartidor en grandes distancias, serán parte de esas nuevas labores que el ser humano encontrará.
A ellos habrá que sumarle aquellos dedicados a la limpieza del aire y del agua, del mantenimiento de vehículos de combustión limpia, los diseñadores de prototipos para andar por autopistas y carreteras completamente automatizadas o hipersensibilizadas que casi controlarán los vehículos y darán las indicaciones precisas de destino y ruta. Quienes hagan ropa y zapatos que eviten contaminantes y bacterias, pero que también sean de un solo uso en materiales completamente biodegradables que no atentan contra el medio ambiente y se desintegran casi totalmente, para evitar el cúmulo de basuras y sobrantes, que, a propósito, será el otro gran reto de la humanidad en este siglo: evitar morir asfixiado a causa de sus desechos.

Como se ve, esa gama de nuevas oportunidades están a la vuelta de la esquina y mucho más con las proyecciones y cálculos que aseguran que la longevidad será otro de los factores que agregará el ser humano a su vida nuevamente. Estimativos iniciales dan cuenta de que el promedio de vida del ser humano con todas sus capacidades y sin achaques varios podría ser de hasta 150 años. Que ello daría paso a seres multiprofesionales que podrían dedicarse a estudiar cinco o seis carreras básicas. Qué tal.

Si alguien cree que esto es pura ciencia ficción, pura futurología, lo invito a que se dé una vuelta por los canales internacionales de televisión que tratan de descubrimientos, adelantos, ciencia y tecnología, lo mismo que algunos artículos indexados de centros de estudio y universidades de todo el mundo para que se dé cuenta de que el cambio comenzó y seguramente nuestros hijos se asomarán a él, y nuestros nietos harán parte del mismo. 

Credito
Nelson Germán Sánchez Perez

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