Sin embargo, como él lo advierte en el prólogo, no es un tratado de música, aunque sea uno de los musicólogos más caracterizados del Tolima, ni un trabajo literario, a pesar de ser historiador, periodista cultural, fundador de la Academia de Historia del Tolima y poseedor de un sólido y ameno estilo de narrar.

Quizás haya querido advertirlo pues su libro “El Querido Hermano Wolfgang Amadeus Mozart” se concentra en una etapa de la vida creativa del compositor poco visible en las biografías que se conocen del músico austríaco, durante la cual ingresa como miembro de la logia masónica de Austria.

Como es bien sabido, la masonería fue perseguida y proscrita por razones políticas y religiosas, a pesar de que a ella se unieron las más preclaras mentes de su tiempo o, precisamente por ello, para que el poder de la Iglesia Católica no tuviera competencia alguna en su manejo soterrado del futuro de Europa.

Quizás por esta razón la presencia de Mozart en la masonería y su puesta al servicio de ella de su música y su capacidad creadora, haya sido poco estudiada, tal vez ocultada y, precisamente, Hernando en su libro demuestra no sólo su militancia efectiva sino su aporte a la música desde la perspectiva de la fraternidad universal, preconizada por los masones.

Además, cómo el hecho de pertenecer a una logia masónica influyó en sus composiciones las cuales fueron creadas para dotar de música de más alto nivel los ritos masónicos. Fue importante, nos cuenta Hernando en su libro, la precariedad de instrumentos musicales con que contaban los masones para que el genio musical lograra sacar partido de tan escasas ayudas y creara una música masónica donde la flauta, por ejemplo, adquiere un protagonismo singular.

La gran obra que resume no solo los ideales de la masonería sino también las excelsas calidades de una obra con sentido humano y de genialidad musical viene a ser “La flauta mágica”, que Hernando pondera y explica con acierto en su obra.

Me he deleitado con la lectura de esta segunda edición de la obra de Hernando Bonilla Mesa pues, quizás sin proponérselo, ha hecho un recorrido didáctico por el proceso creativo del genio musical para demostrar ese aspecto poco claro en la vida del compositor.

Y, de paso, nos demuestra una vez más cómo la vida personal no es ajena a la creación y cómo el pensamiento de la época permea la formación espiritual de los artistas.