La novela del cine y la pintura

Pieter Breughel, llamado “El viejo”, pintor holandés y uno de los artistas que hacen parte de la historia del arte universal, vivió en el siglo XVI (1525 - 1569) y fue el pintor de las escenas bucólicas, campesinas, de interiores y exteriores, obras de gran impacto por su cercanía con el ciudadano común, pues reflejó en sus telas la vida cotidiana con realismo.

Pieter Breughel, llamado “El viejo”, pintor holandés y uno de los artistas que hacen parte de la historia del arte universal, vivió en el siglo XVI (1525 - 1569) y fue el pintor de las escenas bucólicas, campesinas, de interiores y exteriores, obras de gran impacto por su cercanía con el ciudadano común, pues reflejó en sus telas la vida cotidiana con realismo, abundancia de detalles y un gran talento narrativo.

Se habla por estos días de una película basada en su vida y obra, 'El molino y la cruz' (The mill and the cross), que pone de manifiesto la importancia del pintor en la historia de los países bajos.

No sé si sea coincidencia -esas buenas y malas pasadas que nos infringe el azar-, pero acabo de leer la novela Belladona, del pintor, poeta, dramaturgo, cineasta y narrador Hugo Claus, nacido en Brujas en 1929, y ella se centra en la producción de una película sobre una obra de Breughel, “La joven de la perla”. 

A lo largo de la novela asistimos a la realización del guión, la producción, hasta la premier de la película, aunque es fácil descubrir que esta frenética actividad es apenas el pretexto para hacer una crítica mordaz al estado y sus políticas culturales.

La coincidencia que me estremece es porque, justamente, la película en curso por estos días pareciera ser la que resuelve ficcionar el escritor en su novela. 

Pero no solamente Claus demuestra un conocimiento preciso y suficiente del pintor y la vida de los flamencos, sino que pone en evidencia el clima cultural y político en que se mueve el país mientras se desarrolla la obra cinematográfica. 

Ahí está el valor de Belladona, donde se pone el juego con humor el estilo de vida de los holandeses, los belgas, en fin, el antiguo territorio de Flandes.

Asistimos a las intrigas del ambiente cultural, las relaciones entre los poetas, pintores y narradores con los manejadores que atienden el tema de la cultura, las componendas de los políticos, el clima bohemio con que se sataniza las relaciones de los autores con los gestores culturales, en fin, toda una realidad social, cultural y política mientras se produce el homenaje a Breughel, el viejo.

De Belladona dicen los críticos que “Claus despliega aquí todo su ingenio para ridiculizar la parafernalia artística de una sociedad cuya mentalidad aborrece, pero en cuya cultura popular sin embargo se inspira”.

También me impresiona cómo uno siente que ese clima lo ha vivido y padecido, que esas componendas con los premios literarios son exactamente el trueque de prestigios y oportunidades que se da en nuestro país. 

Recomiendo Belladona, porque, además, se nos revela como un estilo literario sorprendente.

Credito
BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ

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