Los ejes temáticos que ha establecido José Luis López Amigo en su obra narrativa son, principalmente, lo policial y lo erótico. En lo primero, sigue los postulados de la novela negra, como contar crímenes atroces, propios del bajo mundo social; en lo segundo, mantiene el equilibrio entre lo erótico y lo pornográfico. A él le gusta enfrentarlos, respaldado por su asombrosa capacidad de narrar.
Este escritor español, nacido en Madrid, España, en 1964, no sólo comienza su vida literaria a los 50 años (tardía vocación para quienes comenzamos la vida literaria apenas en la mayoría de edad, aunque reconocemos que otros, como el importante escritor venezolano Denzil Romero, también comenzó a los cincuenta), sino que lo hace con una voluminosa novela, “Dama ardiente”, donde se perfilan esos ejes a que me he referido al principio de esta nota.
Es un doble reto. De una parte sostener el pulso narrativo en 580 páginas, sin dejar que decaiga el interés del lector, y de otro posibilitar que su temática deambule por las fronteras que la sociedad de hoy ha confundido en medio del consumismo: el amor, la eroticidad y el sexo que se vulgariza en la pornografía al desnudar las relaciones de pareja.
Lo anterior me sirve para hablar un poco del libro que se lanzará próximamente en Madrid, dado a conocer en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá, donde tuve la fortuna de adquirirlo. Se trata de “Cuentos de la petite mort”.
La petite mort, o la pequeña muerte, hace referencia al estado del ser después de alcanzar el orgasmo, que se traduce en un instante de melancolía al haber entregado la energía o “la fuerza de la vida”. El título nos anuncia que el orgasmo será protagonista en el libro. Y en verdad en cada relato presentado hay mínimo un acto sexual. Los personajes, en general, respiran sexo y parecieran haber nacido para ello.
Pero a los ejes temáticos relacionados antes se le puede agregar uno nuevo y es la fantasía. Ya no es la pedestre realidad contada con pelos y señales sino acontecimientos que pudieran ser inverosímiles si no logramos penetrar en el propósito del relato. Por ejemplo, en el texto titulado “El traje”, el personaje se ve impelido al asesinato y a la violación por el traje que alquila, que había sido utilizado anteriormente por criminales de la peor laya.
José Luis López amigo, en tan corto tiempo de ejercicio literario público (cinco años), ha logrado exhibir un estilo de narrar, que es escueto, directo, sin andamiajes artificiosos, y ha definido un ámbito para sus personajes que, así sea Madrid, París, Bogotá, Medellín o Cali, manejan en ellos con maestría esa presencia erótica que encanta a sus lectores.
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