“Con ‘plastilina’ para la Directora: en épocas de lluvias, las unidades de turbiedad aumentan por el arrastre de material de afluentes hídricos que ocasiona el cierre de la bocatoma (...) lo que baja es barro que dificulta la potabilización del agua” dijo el burgomaestre.

Agregó, que con ese proyecto el Ibal podría captar y suministrar el líquido  “para no tener que hacer cierres cada vez que llueve, así como ocurre hoy en día. La ‘Directora’ no entendió lo que un niño de primaria entendería fácilmente” finalizó Hurtado, quien acompañó el texto con un video donde se evidencia la turbiedad del río.

Declaraciones de la CAR

Varios de los profesionales que integran la CAR, en un dialogo abierto sostuvieron que la cuenca del río Combeima se encuentra ubicada al interior de la subzona hidrográfica del río Coello y la corriente hídrica del Corazón con nivel subsiguiente hace parte de la cuenca del río Combeima una unidad geográfica.

Por lo que con un estudio regional del agua donde recopilaron datos desde 1990, pudieron conocer el componente hidrológico en un escenario medio, seco, que es la temporada más desfavorable y en tiempo húmedo determinaron que el caudal estaría en un estado crítico y no alcanzaría para la cantidad solicitada por el Ibal.

Pedro Chacón, uno de los funcionarios que participó en el proceso de análisis, aseveró, “estamos hablando de un cuerpo vivo regido por condiciones naturales, presentes, futuras e históricas y la quebrada Corazón es un afluente directo del río Combeima, la Corporación administra y otorga concesiones de la corriente hídrica no específicamente haciendo un análisis directo de la corriente, sino que tiene que tener en cuenta la especificidad de la cuenca como una unidad hidrológica.

Si bien es cierto con el análisis que hacemos hay un excedente de agua, también es cierto que ese excedente está condicionado aguas abajo, por eso la presión hídrica aumenta, sería irresponsable ‘hoy’ decir y contestar que ese excedente puede ser otorgado cuando está casi ocupado por el que sigue, las repercusiones que yo tengo acá en Ibagué, también pueden ser objeto de que suceda en la parte alta (...) asimismo, las salidas que yo le tenga al sistema hidrologico en la parte alta me van a repercutir en la parte baja”. 

Esta redacción le había consultado a la directora de Cortolima, Olga Alfonso, si solicitar la concesión del afluente sabiendo los niveles del mismo y, que según los datos entregados por ellos, la ciudad no necesita más concesiones de agua para solucionar el problema del acueducto en la ciudad sería una irresponsabilidad. 

Sin embargo, ella manifestó que podía ser un tema de desconocimiento, “seguramente un ingeniero civil no tiene conocimiento cuando, pues aquí todos son ingenieros civiles, pero el estudio regional del agua está a disposición de todos los tolimenses.

Hemos hecho varias reuniones donde hemos presentado los resultados de este estudio, a esas reuniones hemos invitado por su puesto a la Alcaldía, por su puesto al Ibal y en general a todos los usuarios del agua, entonces con base a ese estudio es que tenemos esta información cierta, precisa y actualizada para tomar estas decisiones”.

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