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En 1993, en la vereda La Toma del municipio de Rovira, nació Maritza López Guerrero, en el seno de un hogar campesino.
Ella, la sexta de nueve hijos de la Familia López Guerrero, gracias a su pasión, esfuerzo y dedicación, se ha convertido en una de las grandes figuras deportivas que actualmente hacen historia en nuestro país.
Desde muy niña, Maritza demostró un amor inigualable por el fútbol. En la finca que habitaba, jugaba junto a sus hermanos; en la escuela en la que se educaba, La Libertad, jugaba con sus compañeros de clase.
El inicio del sueño
Las condiciones económicas de la familia López Guerrero no alcanzaban para que Maritza tuviera una formación deportiva en una academia de fútbol, sin embargo, las historias que se contaban en su hogar sobre las hazañas deportivas de René Higuita, aquel ‘loco’ de nuestro balompié, formaban en Maritza la figura de un referente a seguir.
Gracias a René, Maritza se decidió por que su lugar en una cancha, sería bajo los tres palos, algo que a la larga, le daría grandes alegrías, a ella, y a millones de colombianos que festejaron una de las grandes gestas que ha obtenido nuestro país en materia futbolística (aunque de eso escribiré más adelante).
En su tierra natal, en La Toma, a varias horas de camino a pie de Rovira, Maritza empezó a jugar microfútbol, y en los juegos campesinos, en los que formó parte del equipo que representó a la escuela La Libertad, comenzó a llamar la atención de los entrenadores rovirenses.
Su talento la llevó a tener en repetidas ocasiones, la oportunidad de representar junto a otras jovencitas, a Rovira en diferentes justas departamentales.
“Tuve la oportunidad de participar en los juegos nacionales intercolegiados donde nuestro equipo quedó subcampeón”, recordó la deportista.
Cambio de planes
Con bastante tristeza y una carga enorme de incertidumbre, en 2011, Maritza junto a sus padres se desplazaron al departamento hermano del Huila. Se asentaron en el municipio de Suaza.
López Guerrero señaló que lamentablemente, el apoyo económico para los deportistas en el Tolima, no es algo que se pueda resaltar demasiado, por lo que una de las decisiones de migrar a otra tierra, tenía que ver con la posibilidad de progresar en lo deportivo con miras a la profesionalidad.
En Suaza, Maritza siguió formando parte de equipos muy destacados. Siempre estuve ligada al microfútbol, sin embargo, siempre tenía en mi mente formar parte de equipos de fútbol”, sostuvo López Guerrero, y así, aprovechó cualquier espacio para fortalecer sus habilidades como guardameta, algo que estaba próximo a brindarle un gran reconocimiento.
La gran oportunidad
Al igual que el ‘loco’ René, Maritza soñaba en marcar una historia dentro del fútbol colombiano, y la gran oportunidad parecía estar cerca.
Para el 2016, aunque se hablaba con mucha fuerza en el país de la creación de una liga profesional de fútbol femenino, no era algo que llamará mucho la atención de los grandes dirigentes del balompié colombiano.
Por fortuna para ella, y muchas otras mujeres futbolistas en el país, algunos equipos se tomaron en serio la apuesta por la liga femenina, entre ellos, el Atlético Huila, que para ese mismo año, realizó un torneo departamental en busca de los mejores talentos y vincularlos a la profesionalidad.Uno de los equipos que más brilló en en dicho torneo, fue el Suaza.
Las fortalezas y destrezas de Maritza en el arco, no fueron invisibles a los reclutadores del Atlético Huila. “Una de las emociones más grandes de mi vida, fue ver que el primer nombre de las opcionadas para ser parte del equipo profesional, era el mío. Y en ese instante me dije: Me subí a este bus, y de aquí no me bajo”, manifestó Maritza.
¡La gloria eterna!
En 2017, Maritza López Guerrero, firmó su primer contrato como profesional. Y en aquella primera campaña con el equipo Opita, disputó la primera final de la Liga Femenina de Fútbol de Colombia.
Esa primera copa fue para el Independiente Santa Fe, pero antes de desmotivarse por no haber obtenido el título, desde el Atlético Huila, se plantearon la idea de coronarse campeonas en el corto plazo, algo que sucedió al año siguiente.
En 2018, Maritza ya había hecho historia, ya era campeona del fútbol colombiano. Pero, este no sería el único título que obtendría en aquel año espectacular.
En la noche del 2 de diciembre de 2018, millones de colombianos se posaron frente a las pantallas de televisión para hacerle fuerza a un Atlético Huila femenino que disputaba la final de la Copa Libertadores frente a Santos de Brasil.
Trás el pitazo final del partido, el marcador estaba igualado a 1, por lo que para definir a las campeonas continentales, se debía disputar en la tanda de penales. Esa noche, las colombianas hicieron historia.
Y al igual que su ídolo, el ‘loco’ René Higuita, Maritza López Guerrero, la nacida en la vereda La Toma de Rovira, en el campo tolimense, formó parte del primer equipo que obtuvo ¡la gloria eterna! para Colombia.
Profesional en todos los sentidos
Con 29 años, Maritza López Guerrero, se ha convertido en un ejemplo para las mujeres deportistas del país. Ella no solo es profesional en el deporte, también lo es en temas de formación.
López Guerrero es profesional en Administración de Empresas, también en Pedagogía Deportiva y Entrenamiento Deportivo, y ostenta una serie cursos Técnicos y Tecnólogos, que demuestran su espíritu de superación.
Ella es consciente que ha abonado el camino para las futuras generaciones, y aunque lejos del retiro deportivo, sabe que el fútbol no es para siempre, y siguiendo el consejo de sus padres, le ha otorgado un amplio espacio a la educación.
DATOS:
- Maritza ha recorrido diferentes equipos profesionales en el país y el exterior. Actualmente milita en Llaneros F.C.
- Hoy en día cuenta con ofertas para retornar al fútbol internacional.
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