Hay que saber esperar las Bendiciones de Dios

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Las cosas llegan en el momento de Dios, no en el suyo. Hay que aguardar por cada gloria y saber actuar cuando ésta se presente.
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A veces, cuando pasa por tribulaciones y parece que nada le sale, usted se desespera. Sin embargo, más allá de las dudas o los temores, Dios siempre estará a su lado para ofrecerle salidas a su situación. 

No desista de ninguno de sus propósitos y tenga la fe necesaria, pues de la mano del Señor verá grandes frutos.

¡Deje la impaciencia a un lado!

Todo le llegará si logra ser paciente y no se precipita. Le recalco que Dios le dará la bendición que se merece por su dedicación y su esfuerzo; solo debe saber esperar.

Así las cosas, son importantes unas buenas dosis de autocontrol y de temperancia. A la par, será preciso desarrollar esa capacidad de ver la realidad en perspectiva.

¡Claro! También hay que hacer acopio de madurez, equilibrio y carácter para no desfallecer; no en vano dicen que quien sabe esperar, sabe vivir.

Tener paciencia implica incluso  aceptar lo que no se puede cambiar y encararlo con valor. Eso quiere decir que debe estar dispuesto a aceptar las cosas que la vida misma le traiga, sin que ello le implique resignarse a sufrir.

La idea es que no se sumerja en el peligroso y desgastante mundo de la ansiedad que, en lugar de ayudarlo, lo hundirá más.

No se la pase corriendo ni viva estresado. No se atormente con los plazos de ‘fechas límites’ y no permita que revoloteen sobre su cabeza los afanes por el mañana.

Si insiste en querer todo para ya le surgirán en su mente esas feas ideas de frustración y de desilusión. Un poco de calma es clave para alcanzar su propósito.

Nada llega ni antes ni después, solo en el momento de Dios. He leído en las Sagradas Escrituras que un hombre llega a la cúspide solo cuando le corresponde ‘besar la cima’.

Los anhelos pueden estar lejos en la distancia y en el tiempo, pero en el campo de lo posible solo hay que tener paciencia para saber esperarlos.

Puedo recomendarle una sana autoreflexión antes de ‘tirar la toalla’. Siempre he sabido que forzar una situación nunca será bueno, pero tampoco creo que sea un asunto de desistir.

Sea como sea, no olvide que el Creador sabe cuáles son sus sueños y qué tanto ha trabajado por ellos. También sabe lo que guarda en su corazón y, por ende, sabe qué es lo que está sintiendo en estos momentos.

Mire el mañana con optimismo y con expectativas positivas, pero sin prisas. Por más que no llegue lo que se espera, la actitud por sí sola es un plus para su vida. 

No obstante, sepa que la semilla está en usted y solo Dios sabe cuándo llegará la respectiva cosecha.

 

Credito
EuclideS KILô ardila

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